Hoy
queremos llamar la atención sobre unos impresos a los que generalmente no
concedemos especial importancia, a pesar del interés que tienen. Nos estamos
refiriendo a los diferentes novenarios que, en todas las localidades, han sido
editados en el transcurso de tiempo, relaciones con el culto tributado a sus
Patrones o a otras devociones.
En el
caso de Borja queremos referirnos, en primer lugar, a los que guardan relación
con nuestra Patrona, la Virgen de la Peana, siendo la más antigua de las
conservadas en nuestro archivo, la que fue editada en Tarazona, en 1869, por la
imprenta de Antonio Brasé y Armengol.
Es,
por lo tanto, veinte años anterior a la celebración del I Centenario, que tuvo
lugar en 1889, pero los gozos y el texto de la novena son los mismos que
perduraron hasta bien avanzado el siglo XX, comenzando con invocación “Soberana
Emperatriz de los Cielos y la tierra”.
El
siguiente novenario fue publicado, en 1903, en Zaragoza, por M. Salas “impresor
del Excmo. Sr. Arzobispo” y mantiene el texto anterior, incorporando una
composición poética del joven Emilio Alfaro Malumbres, dedicada a la Virgen,
que comienza con “Terebinto de Judea, lago en el que Dios se mira”. También inserta
al final otro poema sin firma compuesto “en el día de la dedicación de su nueva
capilla”.
En 1936,
fue la imprenta borjana de Victorino Zaro, la encargada de lanzar una nueva
edición que incluyó como novedad el “Himno Popular en honor a Ntra. Sra. de la
Peana de la Santa Cruz, Patronas de Borja” con letra de D. Pablo Pérez
Montorio, aunque ese año la Virgen aún no había sido proclamada Patrona.
Todos
esos textos fueron abandonados en la segunda mitad del siglo XX, al
introducirse unos completamente nuevos, aunque manteniendo los gozos, distribuidos en unos folletos
mecanografiados e impresos a offset, de los que se han hecho sucesivas
reimpresiones, en las que ha ido
variando el diseño de la portada y su colorido.
Tenemos
diferentes modelos en nuestro archivo. En los más recientes los únicos cambios
advertidos en los textos es la eliminación de esta reflexión que figuraba el
final de la oración para todos los días y la inclusión de una serie de
plegarias, bajo el lema “La devoción del pueblo fiel para con María”. Por
cierto que esa reflexión que ha sido muy
difundida en determinados ámbitos eclesiales, era retomada también, hace
dos años, en una carta pastoral del obispo de Getafe D. Joaquín María López de
Andújar, aunque matizándola con el adverbio “solo”.
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