Hoy dedicamos el artículo de esta serie al castillo de la Vela, situado en la localidad toledana de Maqueda, el cual está rodeado de una gran polémica por las razones que vamos a comentar.
En
primer lugar, hay que hacer referencia a sus remotos orígenes, ya que la
primera fortificación documentada fue mandada construir por Almanzor. En 1083,
Alfonso VI reconquistó la localidad y el castillo fue mudando de propietarios
en el transcurso del tiempo. Fue sede de una encomienda de la Orden de
Calatrava y después perteneció, entre otros personajes, al cardenal Mendoza y
al arzobispo de Toledo D. Alonso Carrillo de Acuña quien lo vendió al contador
del reino Gutierre de Cárdenas.
A
él se deben las obras de reconstrucción y acondicionamiento de la fortaleza en
la que residió la infanta Isabel (futura Reina Católica) pues era amiga de
Beatriz de Bobadilla, hija del alcaide del castillo.
Algo
muy importante a tener en cuenta es que poco se sabe de las fases constructivas
de este castillo de planta rectangular, con torres circulares en tres de sus
ángulos y otras dos en el centro de los lienzos de mayor longitud, pero lo
cierto es que, a pesar de su imponente aspecto interior, nunca llegó a ser
terminado en su interior.
Hasta
la desaparición del antiguo régimen, el castillo se mantuvo en poder de la
familia Cárdenas, aunque en estado de completo abandono. A comienzos del siglo
XX prácticamente no había nada en el interior, que era utilizado como aprisco.
A pesar de ello, el castillo de la Vela como otros que hemos comentado en días
pasados fueron declarados “Monumentos Nacionales” poco después de la
proclamación de la II República.
En
1953, el organismo “Regiones devastadas”, creado al finalizar la Guerra Civil,
construyó en su interior un edificio destinado a Cuartel de la Guardia Civil.
En estas fotografías que hemos encontrado puede apreciarse con claridad que el
cuartel fue “encastrado” en el espacio que delimitaban los muros exteriores del
castillo. Si algo quedaba del interior fue eliminado entonces.
El
cuartel fue cerrado en 1998 y, tres años después, siendo ministro del Interior
D. Jaime Mayor Oreja se decidió instalar allí el Archivo Histórico de la
Guardia Civil, iniciando las obras de adaptación.
Pero
con la llegada a la Presidencia del Gobierno de D. Felipe González, el proyecto
fue ampliado para instalar también el Museo de la Guardia Civil, cuyo proyecto
fue encargado a la empresa EstudiodeDos.
Todo
el edificio del antiguo cuartel fue demolido y se encargó al arquitecto D. Luis
Arranz el diseño de uno nuevo con el fin específico de dedicarlo a museo y
archivo. En el proyecto se invirtieron 7,4 millones de euros y cuando estaba ya
finalizado y comenzaban a recibirse los primeros materiales, la llegada al
poder de D. Mariano Rajoy con D. Arsenio Fernández de Mesa al frente de la
Guardia Civil, provocó no sólo que el proyecto quedara cancelado, sino que se
puso en venta el castillo por la cantidad de 9,6 millones de Euros.
Las
sucesivas subastas efectuadas para intentar desprenderse del castillo han
quedado desiertas, a pesar de que el precio de salida es ya muy inferior al
inicial e, incluso, a las cantidades invertidas en su acondicionamiento,
mientras que la seguridad del edificio sigue ocasionando alrededor de 3.660
Euros anuales.
En
Maqueda, todo lo ocurrido ha causado una enorme decepción, dado que ven como se
ha perdido una ocasión inmejorable para potenciar el turismo local. Por otra
parte, el hecho de que no haya nadie interesado en la compra lo achacan al edificio
construido. Es cierto que, una construcción concebida para museo es de difícil
reutilización, pero lo que no se puede es culpar al arquitecto y a la
Administración de haber destruido un castillo para introducir en él un “mamotreto”
de hormigón invendible. Del castillo sólo existía su “carcasa” exterior y el
arquitecto se defiende afirmando que lo que le encargaron fue un museo y no un
edificio para ser utilizado como hotel o apartamentos.
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