Como ya dijimos, vamos a ir recordando a antiguos bares y casinos de Borja, a través de los testimonios que nos proporcionan los programas de fiestas, aunque lógicamente en ellos no aparecen imágenes de ellos.
Tenemos algunas
curiosas, como las del “elegante” Bar “La Gala” que estuvo en el primitivo
kiosco del parque de Borja, con un bonito diseño y su personal uniformado, algo
realmente llamativo para la época.
La única imagen
que aparece en un antiguo programa es la de la Fábrica de Gaseosas de Ricardo
Ortín, que estaba junto al arco de la Carrera, enfrente del palacio de los
González de Castejón. En el anuncio se menciona que era sucesor de Zaro y
Bragulat y su ubicación en la calle de San Agustín, que era el nombre de la
actual calle Goya, aunque en realidad estaba en la avenida de Cervantes. Además
de fábrica, disponía de unas mesas en la acera, en la que se podían consumir
los productos elaborados y, en concreto, aquellas gaseosas que tenían como
cierre una canica de cristal.
En Borja hubo
varios casinos antes de la guerra. Dos de ellos eran republicanos, uno en la
plaza de Pi y Margall (Santo Domingo) y otro en la que entonces se llamaba “de
la República”.
Pero, también
existía el Círculo de la Amistad y el Centro Social Católico, que continuaron
después del conflicto. La UGT tenía su sede en la Casa de Aguilar y, en la de
las Conchas, había una Sociedad en la que se vendían los mejores vinos de
“Tabuenca, Ainzón y Borja”, “frescos, recién tomados de la bodega con esmerada
limpieza”.
El Círculo de la Amistad, conocido como “Casino” fue el más elegante de Borja, con grandes bailes. Los anuncios en el programa corrían a cargo de los arrendatarios. En este caso D. Julio Arcos, que lo fue durante mucho tiempo. El Casino dejó de funcionar hace tiempo, pero pocos saben que sigue existiendo, con Junta y todo…
El Casino de la
Peña estuvo inicialmente en el segundo piso del edificio de la plaza de España
2. Sus socios eran comerciantes y trabajadores. En el primer anuncio el
arrendatario era D. Emilio Pablo.
Pero, después, se embarcaron en la aventurar de construir una nueva sede. Estuvo en la calle de Goya, que entonces se llamaba de José Antonio. En el otro anuncio aparece, como arrendatario D. Félix Ibáñez que se hizo cargo del Casino en momentos ya difíciles
Terminó
fusionándose con el de la Amistad, lo que supuso el fin para ambas entidades.
En la antigua sede, Félix siguió regentando el bar que había en la planta
inferior.
Finalmente,
hemos de mencionar al Centro Social Católico, instalado en un edificio de la
calle Mayor, donde también estaba la Casa del Congregante y una tasca en la
planta baja. Todo ello, fruto de la Acción Social de la Iglesia.
El edificio,
que era propiedad de la Cooperativa Agrícola Católica (a la que luego quitaron
la denominación de Católica), terminó en poder del Ayuntamiento, como
consecuencia de una complicada permuta y, finalmente derribado, para dar lugar
a ese espacio conocido como plaza de los toneles.








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