No hay nada más peligroso para el Patrimonio que la “limpieza” de almacenes, realizada por quienes no conocen el interés de las cosas en ellos depositadas. Ese es el caso de la antigua iglesia del convento de capuchinos, convertida en almacén municipal, donde, sin ningún cuidado, se almacenaban las más diversas cosas.
En esta foto,
que nunca hemos publicado, pueden verse unas antiguas parihuelas, junto con
cosas como la parte inferior de un antiguo molino celtibérico o unas zapatas de
madera labrada.
Las parihuelas
tenían un gran interés, dado que eran las utilizadas para llevar los cadáveres
al cementerio, cuando las cajas eran un “lujo”, reservado para quienes podían
adquirirlas. En ellas se colocaba el cadáver, cubierto con un sudario y
disponían de unos varales para transportarlo y patas para depositarlas en el
suelo. En testero, recordamos que lleva pintada una lúgubre calavera con dos
huesos largos cruzados.
Al parecer, en una de esas limpiezas incontroladas, desaparecieron al mandar que se quemaran.
En otros
lugares, esas parihuelas para la conducción de cadáveres, son objetos de museo,
como atestigua esta imagen, en la que aparecen unas, aunque de tipología
diferente.
¿Cuántas cosas
desaparecen en almacenes y falsas de nuestras casas, por ignorar su interés?,
aunque en algunos casos se destruyen intencionadamente. Una pena.
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