Hoy vamos a recordar a esa serie de antiguas tascas que configuraban, en el pasado, el panorama urbano de la ciudad. Establecimientos emblemáticos, como “El Bodegón”, en la plaza del Mercado, en los que se servía vino fresco, con gaseosa, y se podía merendar y consumir algún tipo de tapas.
En la calle Mayor se encontraban otros establecimientos con
solera, como Casa Chiquito, su denominación habitual, aunque también se anunció
más tarde como Bar “Las Vigas”. Su especialidad eran los callos y los
bocadillos, sirviendo meriendas por encargo.
Un poco más
adelante abría sus puertas “Casa Boni”, también conocida como “La Sociedad”
que, posiblemente, fue la que más tiempo subsistió y, en la actualidad, el
local se mantiene como sede de una peña.
Otra tasca
legendaria era “El Gato Negro”, que se encontraba a la entrada de la plaza de
Aguilar. Luego, se trasladó a la calle Mayor, a la altura de la plaza de
Casanova (Olmo), donde le dieron el nombre de Bar-Cantina Rioja, aunque
haciendo mención a que se trataba del antiguo “Gato Negro”.
Especialmente
pintoresca, en cuanto a sus anuncios, era “Casa Felipe”, cuyo propietario, recordando
su estancia en el país vecino, publicaba sus anuncios en francés, con un tono
evidentemente humorístico.
Estaba en la
calle José Antonio y, posteriormente, allí abrió sus puertas “El Rastrico”,
regentado por Ánghel Sánchez, que, además de bar, fue un activo lugar de
promoción cultural.
En la revisión efectuada
de los programas hemos encontrado dos anuncios de establecimientos que no
recordábamos. Uno de ellos es el del Bar Canales que Manuel Bona tuvo en esa
plaza. El otro, Tasca-Bar “El Toro”, del que dice está situado el la calle Mayor,
sin indicar el número, ignoramos de qué establecimiento se trata.











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