Hablábamos ayer de la loba que mató en Ainzón D. Esteban del Campo y Ximénez, miembro de esa dinastía a la que dedicábamos el artículo.
La loba se hizo
famosa, porque mandó disecarla y la colocó en la escalera de su casa solariega
que, desde entonces, fue conocida como la “casa de la loba”.
Pero, el
enfrentamiento con el animal, ocurrió a comienzos del siglo XIX en la Torre de
Campo, otra de las propiedades de la familia. Hacía tiempo que la loba se había
hecho presente en la zona de Ainzón, sembrando el terror entre los vecinos,
dado que entraba en las parideras matando a muchas reses y hasta se había
atrevido a atacar a alguna caballería, cuando regresaban a la localidad.
D. Esteban, que
era un hábil cazador, se apostó varias noches en la torre, donde se le había visto
merodear, hasta que, al amanecer de uno de los días, vio a la loba, abatiéndola
de un certero disparo.
En el lugar donde la mató mandó levantar
un pilar, formado por elementos reutilizados. Su fuste lo constituyen cuatro
piezas calizas de forma rectangular. El remate parece ser un fragmento de una
lauda medieval, con la cruz patada en el interior de un círculo (no es una Cruz
de Malta como se afirma en algunas partes). Pero, bajo ella, hay otro elemento
de procedencia desconocida en el que, a pesar de su deterioro, se advierten
bajorrelieves grabados en algunas de sus caras. El más visible es el de una
figura humana que parece empuñar una azada.
La loba, en el
lógico estado, tras cerca de un siglo y medio después de su muerte, aún se
conserva en el despacho de la Torre de Campo, cuya mesa tiene forma de escaparate
con el inquietante animal en su interior.






No hay comentarios:
Publicar un comentario