domingo, 24 de agosto de 2025

Antiguos bares de Borja (VI)

 

         Aunque podríamos continuar esta serie de artículos durante más tiempo, queremos cerrarla hoy con el recuerdo a otros bares desaparecidos, como “El Dorado” que estuvo en la actual calle de Goya y, de cuya inauguración esperábamos una imagen que aún no nos ha llegado.

 


         Regentado por D. Ángel Lumbreras, nada tiene que ver con el establecimiento que, mucho tiempo después, abrió sus puertas en la plaza de Santo Domingo, como Salón de Juego.

 

         Hubo una época en la que, en Borja, existieron simultáneamente varias discotecas, a las que llegaban jóvenes de toda la comarca e, incluso, de otras adyacentes. Pero la pionera fue la primera “Guinea” que estuvo en la calle de la Concepción y cuyos propietarios abrieron después otra en la calle Mayor.

 

         Aquella Guinea funcionaba también como Cafetería y su dedicación, por las tardes, a discoteca supuso una cierta revolución en una ciudad en la que, hasta entonces, sólo había habido “bailes”.

         Recordamos el momento de su inauguración, a la que concurrieron las primeras autoridades locales que fueron invitadas a tomar un refresco. Sentadas en una mesa baja, comentaron que había poca luz en la sala, sin duda preocupados por las consecuencias que, para la moral, podía tener esa supuesta oscuridad. Ni que decir tiene que el propietario aclaró (nunca mejor dicho) que la luz era más que suficiente. Pero, en aquel momento, llegó el camarero con los refrescos y pidió ayuda para dejarlos en la mesa, “porque con tan poca luz no veo nada”.

 


         La estación de autobuses de la empresa Hernández dispuso durante mucho tiempo de una cafetería que llevó el nombre de “Bar García”, donde los viajeros podían aprovechar los descansos “para deleitarse con las exquisitas bebidas y aperitivos del bar del autobús”. Creemos que es el mismo que luego se llamó “Cafetería El Moncayo”, donde se servían desayunos y bocadillos desde la cinco y media de la mañana.

 

         Muy cerca estaba el Bar “La Pista”, cuyo nombre nos recuerda muchas más cosas, como un legendario local de baile, un complejo deportivo y hasta una de las discotecas borjanas. Todo ello, fruto de un gran emprendedor e inteligente empresario, pionero en muchos ámbitos que fue Aníbal Sánchez.

         En el anuncio se hace mención a la parada, en ese lugar, de los autobuses que cubrían la línea entre Zaragoza y Valladolid, parada que, bajo demanda, se ha mantenido hasta la última remodelación de los servicios de transporte por carretera.


         Y terminamos con una cafetería que muchos habrán olvidado. Se llamaba “La Yedra” y estaba en el bloque de apartamentos que el Sr. Rodríguez levantó en el camino de los Canteros del Santuario de Misericordia.

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