La cofradía de San Bartolomé es especialmente cuidadosa a la hora de conservar sus tradiciones y los detalles de su fiesta, pero también los de otros actos religiosos en los que participa, a lo largo del año.
En el caso concreto de la decoración de la fachada de la iglesia, donde tiene su sede, era costumbre utilizar guirnaldas vegetales con la disposición que se siguen manteniendo, aunque, ahora, sean artificiales. Pero en cuadro central es el mismo y la única modificación la constituyen las franjas granates de las pilastras.
Lo que sí ha
sido una afortunada innovación son las banderolas que vinieron a sustituir a
las antiguas. En unas se dispuso la imagen del Santo Apóstol, mientras en las
otras puede verse el cuchillo y la palma del martirio, adoptadas como emblema
de la cofradía. Este emblema aparece también en los cirios, capirotes y otros
elementos de la cofradía.
La misma imagen
que aparece en las banderolas, ha sido utilizada en los tapices que decoran
balcones y ventanas. Uno de ellos ha lucido estos días en el balcón principal
de la Casa de Aguilar.
En otras
ocasiones nos hemos referido al cuidado puesto en la restauración del
patrimonio de la cofradía que ha comprendido desde la imagen procesional, el
dosel y la peana, hasta la banda histórica que cruza del pecho del Santo en los
días grandes o el cuchillo que porta a diario, en sustitución al de plata,
pasando por pendones y estandartes.
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