sábado, 23 de agosto de 2025

Antiguos bares de Borja (V)

         Nos quedábamos ayer en el momento en el que D. Pedro Corellano se hizo cargo del bar existente en la plaza de España, esquina con la actual calle Costa. Le dio el nombre de Cafetería Borsao y, muy pronto, se hizo popular, teniendo que reforzar su personal, durante las fiestas, como “camareras” traídas de fuera.

 

         En la plaza de España, en el lugar señalado con una flecha, había un local que, durante años permaneció sin ocupación. Únicamente se derribaba su cerramiento en algunas fiestas, para instalar allí una tómbola benéfica.




         Ese fue el lugar elegido por Pedro Corellano para trasladar su Cafetería Borsao, a la que dotó de instalaciones mucho más modernas, convirtiéndose en un bar que gozó de gran predicamento entre la juventud.


 

         Al Borsao le sucedió en el mismo lugar el Bar Montesol, cuyo nombre le puso D. Plácido Lajusticia (del que no hemos encontrado anuncios). Después estuvo a cargo de D. Florencio Ibáñez Peña, que pronto lo anunció como cafetería, haciendo alusión a la “moderna refrigeración” que instaló.

 

         El Bar Montesol es uno de los que se han mantenido hasta nuestros días, en esta plaza, junto con el Volante, al que hemos hecho referencia en un artículo anterior.

 

          Recordamos también a otro bar desaparecido, pero que gozó de una dilatada tradición. Era el Bar Moka, que regentaba José Montorio y que, inicialmente, estuvo ubicado en la plaza de Santo Domingo.

         Tenía entonces una pérgola en la plaza. con cubierta vegetal, donde se instalaba un televisor, ante el que se detenían por las noches algunas personas para conocer las noticias del Telediario. Después, el bar mejoró sus instalaciones al trasladarse a un edificio de nueva planta que fue edificado muy cerca, en la confluencia de la actual calle Costa con la calle Amad. En la planta baja se encontraba el bar y en la superior un restaurante que, por entonces era casi el único y, desde luego, el que contaba con mejores instalaciones.

         Allí tenía su parada el taxi de Yoldi y, como se destaca en el anuncio se servía un buen café (al fin y al cabo, el bar tenía nombre de café) y nos gustaban los pepinillos en vinagre que vendían y unos increíbles bocadillos de anchoas.


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