El Dr. D. Isidro Aguilera Aragón acaba de depositar en el Centro una serie de piezas arqueológicas que, posiblemente, proceden de un pequeño museo que, hace años, existió en el Grupo Escolar.
Se trata de un molino de tipo barquiforme y dos circulares, uno de ellos completo con sus dos piezas y la parte inferior de otro. Estas piezas, así como todas las que se encontraban en aquel pequeño museo, desaparecieron durante unas obras efectuadas en el edificio. Nada se supo de ellas, lo que fue especialmente triste ya que, entre ellas se encontraba la vasija en la que fueron encontradas las famosas “monedas del pastor”, el tesorillo de Borja.
Las obras
llevadas a cabo en determinados edificios, sin una supervisión rigurosa, son muy
peligrosas. Cuando, hace años, se desescombró la cripta de la colegiata de
Santa María, apareció esta imagen mutilada de San Lorenzo, realizada en alabastro,
de gran calidad, que ahora se expone en la sala VI del Museo de la Colegiata.
Pero, al parecer,
junto a ella, se encontraba otra de las mismas características (¿San Vicente?)
de la que nunca se supo el destino. Es posible que, ambas, formaran parte de un
retablo en alabastro que fue destruido durante la reforma neoclásica de la
colegiata y, por lo tanto, de gran interés.
Cuando se llevó
a cabo la rehabilitación de la antigua iglesia de San Miguel, ahora sede del
Museo Arqueológico, aparecieron varias tumbas. En una de ellas, según testigos
presenciales, había un cadáver que llevaba al pecho una concha de peregrino.
Como no hubo seguimiento arqueológico ni supervisión de los trabajos, nada
quedó documentado ni se conoce el destino de lo supuestamente encontrado.

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