La fiesta del Carmen en Borja

            En numerosos lugares de España se conmemora la festividad de la Virgen del Carmen. En Borja, también se celebra la fiesta aunque su origen es diferente.

            Fue el 25 de octubre de 1701 cuando los sastres de la ciudad decidieron agruparse bajo la tutela de esta advocación mariana, surgiendo así una cofradía gremial que regulaba el ejercicio de la profesión.

            Tras la disolución de los antiguos gremios la cofradía fue reformada, a comienzos del siglo XIX. A ella continuaron perteneciendo los sastres de la localidad, en calidad de cofrades numerarios, pero se abrió a todas las personas que lo desearan como cofrades supernumerarios. Todas ellas celebraban la fiesta, precedida por la novena que, por cierto, este año ha dejado de celebrarse, y tomando parte activa en determinados acontecimientos religiosos como la procesión del Entierro de Cristo en la que la cofradía se encarga de los estandartes de las “Tribus de Israel”, vistiendo hábito propio.

            Pero, ya en el siglo XX, la Virgen del Carmen dio nombre a la antigua morería borjana. El 15 de julio de 1952 fue entronizada en el barrio y, al año siguiente, se colocó en la plaza del mismo una lápida en la que se lee: “Barrio de Nuestra Señora del Carmen”. Artífices de esta iniciativa fue una comisión integrada por Jesús Custardoy, Antonio Andía y Lorenzo Corellano. Desde entonces, en torno al 16 de julio, el barrio disfruta de unas fiestas propias en las que se fueron introduciendo algunas peculiaridades. Una de ellas, el que por la fuente saliera vino o, más tarde, la constitución de un “ayuntamiento infantil”, en el que no faltan los maceros.

            Durante esos días, la imagen de la Virgen preside el barrio, sobre una nave que hace alusión a su condición de patrona de las gentes de la mar. A Ella queremos tributar homenaje reproduciendo el conocido soneto de aquel joven “marinero en tierra” que fue Rafael Alberti, una de las más bellas muestras de la poesía mariana española:

“Que eres loba de mar y remadora,

Virgen del Carmen, y patrona mía,

escrito está en la frente de la aurora,

cuyo manto es el mar de mi bahía.

Que eres mi timonel, que eres la guía

de mi oculta sirena cantadora,

escrito está en la frente de la proa

de mi navío, al sol del mediodía.

Que tú me salvarás, ¡oh marinera

Virgen del Carmen!, cuando la escollera

parta la frente en dos de mi navío,

loba de espuma azul en los altares,

con agua amarga y dulce de los mares

escrito está en el fiero pecho mío.”

(Marinero en tierra II. Día de amor y de bonanza)