En
la galería de la segunda planta del Museo de la Colegiata, junto al retrato que
le hizo D. Baltasar González, al ser nombrado obispo de Almería, se encuentran
las armas que utilizaba en ese momento.
Son
las que se encontraban en la sencilla casa que mandó construir en la calle
Camacho, para pasar allí algunos días durante los veranos. Fueron retiradas al
ser derribada y, tras su restauración, depositadas en el Museo.
Se
trata de un escudo cuartelado, en cuyo primer cuartel figuran las armas de la
ciudad de Borja, como homenaje a la ciudad que le vio nacer. En ellas, se
disponen un castillo, correspondiente al
primer escudo que usó la ciudad, con la
flor de lis y el león rampante que le concedió Felipe V tras la Guerra de
Sucesión, y la vaca que se introdujo en el siglo XVII, aludiendo al origen de
la familia de los Borja.
En
el segundo cuartel, partido, figuran el león de Zaragoza y las cadenas de
Navarra, aludiendo a su formación en el seminario de la capital aragonesa y a
su participación en la última guerra carlista.
En
el tercer cuartel aparecen las armas de la ciudad de Alfaro de la que fue
párroco, tras su primer destino en Maluenda.
En el último cuartel,
se incluyen las que, en aquellos momentos eran las armas de Maluenda que, en
realidad, estaban tomadas de las de la familia Ciria, de esa ciudad.
En
escusón ovalado aparece la imagen de la Virgen del Buen Consejo, orlado con la
leyenda “OPVS AETERNI CONSILII”, recordando su etapa como rector de la
parroquia madrileña del mismo nombre. En jefe figura un escudete con el Sagrado
Corazón de Jesús.
Con
ello pretendía recordar, junto al lugar de su nacimiento, aquellos otros en los
que había ejercido su ministerio pastoral: Maluenca, Alfaro y Madrid.
Posteriormente,
las modificó y, ya como cardenal, dispuso en el segundo cuartel la cruz de
Alcoraz, en alusión a su origen aragonés, junto a las cadenas de Navarra.
Asimismo,
reemplazó en el cuarto las supuestas armas de Maluenda por la cruz de gules del
escudo de Almería, sin la bordura, y con entado en punta, en el que figura la
granada que hace referencia a la sede metropolitana de Granada que rigió hasta
su fallecimiento.
En
el caso de las primeras se timbran con galero de sinople (verde) con cinco borlas
a cada lado, en tres órdenes (1,2,3) y llevan acoladas una cruz con un solo
travesaño y la mitra y el báculo que se utilizaban hasta las nuevas normas dictadas
por Pablo VI para el diseño de los escudos episcopales.
Como
cardenal, las armas se timbran con el capelo de gules (rojo) y 15 borlas a cada
lado, en cuatro órdenes (1,2,3,4,5), llevando acolada la cruz de doble travesaño
propia de su condición de arzobispo.
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