Cuando
a finales de 1968 estábamos preparando la exposición que, en febrero del año
siguiente, se instaló en el Palacio Provincia, con ocasión de la I Semana de
Borja en Zaragoza, Emilio Alfaro propuso que, junto a las obras de Arte
seleccionadas en distintas localidades de la comarca, se mostrará también una colección
de fotografías, para cuya realización sugirió el nombre de su amigo José
Antonio Duce.
José
Antonio Duce Gracia era y es uno de los grandes fotógrafos de nuestra época y,
por lo tanto, hubo unanimidad a la hora de confiarle el encargo. Para llevarlo
a efecto se desplazó a Borja, a finales de 1968. Aquí le acompañó, en su
recorrido por la ciudad, Francisco Domínguez Pablo al que inmortalizó en la
fotografía arriba reproducida.
En
aquellos momentos Borja presentaba un aspecto lastimoso. Se había acabado la
instalación de las redes de agua potable y de saneamiento, pero no se había
procedido a la pavimentación, por lo que las calles y plazas, de tierra y con
los restos del antiguo empedrado, se convertían en un lodazal los días de
lluvia.
José
Antonio Duce realizó un excelente trabajo, fruto del cual presentó una
colección de 20 fotografías que fueron las que, montadas en paneles de madera,
se mostraron en la citada exposición. En aquellos momentos, el presupuesto
anual del Centro era de 25.000 pta (150 Euros), por lo que el importe del
reportaje (que tampoco era muy elevado) tuvo que se sufragado conjuntamente por
el Ayuntamiento de Borja y por el Centro. Por este motivo, la colección fue
dividida y, en nuestro poder, quedaron 12 fotografías (10 iniciales y dos
añadidas posteriormente), mientras que el resto se conservó en la Casa
Consistorial, habiéndose perdido el rastro de la mayor parte de ellas. Al
parecer, aquellas en las que aparecían personas fueron “donadas” a las
correspondientes familias.
Una
de ellas era esta que tiene un interés singular, pues ofrece una perfecta
visión del arco de San Francisco, poco antes de que fuera parcialmente
derribado. Restaurado posteriormente, ha cobrado singular importancia a raíz de
haber podido documentarse que era una obra del gran arquitecto aragonés Agustín
Sanz.
Pues
bien, la fotografía la hemos encontrado casualmente en GozaZaragoza.com una
página que pretende ofrecer “información actualizada y completa de la ciudad de
Zaragoza”, respondiendo a una iniciativa de las empresas Consultis y MaasZoom.
En
ella, se dedica una sección a José Antonio Duce con una selección de las
fotografías que forman parte del proyecto “Aragón en el recuerdo”. El 1 de
junio de 2014 y con el título “La puerta Real de San Francisco de Borja,
testigo del tiempo” se reproducía la imagen, acompañada del siguiente
comentario:
Algo tan cotidiano en el siglo
pasado como que alguien cruzara en burro la puerta Real de San Francisco de la
localidad zaragozana de Borja es la nueva instantánea de la serie "Aragón
en mi recuerdo", del fotógrafo José Antonio Duce.
Casas
antiguas, balcones de forja, una calle todavía de tierra, un burro. Elementos,
ya de otro siglo, que a muchos les evocan recuerdos de tiempos pasados y a
otros les muestran lo que ellos, por su juventud, no han llegado a vivir. Son
elementos que nos sitúan en el tiempo, en otra época, aunque hay otros que nos
sitúan en un espacio muy concreto. Y es que esta imagen solo podría haber sido
tomada en la localidad zaragozana de Borja, donde se erige la puerta Real de
San Francisco, la más bella e importante de todos los accesos que se conservan
en la ciudad y por la que pasaban y traspasaban personajes ilustres aragoneses.
Este monumento fue edificado en el siglo XVI,
aunque su aspecto actual obedece a una reedificación que se produjo dos siglos
más tarde. Fue realizada en ladrillo enlucido pero lo que no se puede ver en la
imagen, por no haber sucedido todavía, es su reciente restauración.
Los orígenes de Borja se remontan a Bursau,
población celtíbera del siglo V a.C. Pero no nos vamos a ir a un momento tan
lejano, nos quedamos en la Borja del siglo pasado, en este instante en el que
señor y burro cruzan la puerta Real de San Francisco. en la siempre magistral
captura de José Antonio Duce.
Curiosamente,
con fecha de 1 de octubre de ese mismo año, volvía a aparecer aunque ahora con
el título de “La otra cara de Borja” y un comentario realmente sorprendente,
cuyos desatinos hemos resaltado en negrita, manteniendo el resto en su
redacción original:
La
popular villa de Borja ha sido el
escenario que ha escogido el genial fotógrafo José Antonio Duce para continuar
con su colección "Aragón en mi recuerdo". Aunque su objetivo no ha
enfocado al ya conocido "Ecce Homo", sino a uno de los habitantes a
lomos de su burro traspasando uno de los arcos más antiguos del lugar.
Esta
localidad de más de cinco mil habitantes forma parte, junto con el Santuario de
Misericordia, de la Comarca del Campo de Borja, región limítrofe con Castilla y
Navarra. Cercando a un castillo construido durante la ocupación islámica y al
Cinto o judería alta, el pueblo de Borja se caracteriza por las construcciones
que conserva de la guerra civil
aragonesa de los siglos XVI y XVII.
En
la imagen capturada por José Antonio Duce se puede viajar en el tiempo al recoger con su cámara una estampa que
bien podría haber tenido lugar décadas atrás, cuando los animales aún
hacían las veces de medio de transporte. Tras el anciano montando el burro,
camina por la calle sin asfaltar una mujer de mediana edad con vestido y
delantal y un niño en los brazos: es la viva imagen del ama de casa de antaño,
encargada de las tareas del hogar y del cuidado de los hijos. Esta escena
rústica la completan el arco de piedra bajo el que se encuentran los personajes
y las fachadas gastadas por el tiempo de las casas colindantes.
Aunque en los últimos años la pequeña
localidad de Borja se ha hecho famosa con Elisa
García y el "Ecce Homo", la villa tiene mucho más que ofrecer a sus
visitantes: tiene historia, tradiciones y monumentos que, sin duda, merece la
pena descubrir.
En
la misma página se publicó el 15 de abril de este año, esta otra fotografía de
la serie de 1968, cuyo rastro habíamos perdido. El comentario llevaba por
título “Un momento de la vida de Borja”:
"Borja.
Al sol de la tarde" tituló José Antonio Duce esta instantánea de su serie
"Aragón en mi recuerdo" en la que, en efecto, no muestra un monumento
ni un elemento singular, sino un simple momento de la vida cotidiana. Una
escena que podría haberse tomado en un pueblo cualquiera y el artista convierte
en arte y documento.
La
ropa de los hombres, el borrico o las rodadas en el barro de la calle sitúan al
espectador en un pasado no tan lejano; aunque casas como las del fondo siguen
siendo habituales y nos recuerdan también que no todo cambia. Y la mirada
atenta de los retratados hace visible la presencia del fotógrafo y eleva a
estos tres vecinos de "testimonio etnográfico" a personas que
dialogan con nosotros y con las que podemos compartir el descanso tras la
jornada de trabajo o la curiosidad ante ese extraño que se acerca a nuestra
calle y que ve interesante hacer una fotografía.
Capas de significado que potencia la magistral
capacidad de Duce para captar la luz y aprovechar todas las virtudes del blanco
y negro.
Al reproducir estas
imágenes hemos querido recordar aquella magnífica exposición de hace casi
cincuenta año y el trabajo de ese gran artista que es José Antonio Duce.
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