domingo, 9 de agosto de 2015

Comentarios a unas fotografías de José Antonio Duce


            Cuando a finales de 1968 estábamos preparando la exposición que, en febrero del año siguiente, se instaló en el Palacio Provincia, con ocasión de la I Semana de Borja en Zaragoza, Emilio Alfaro propuso que, junto a las obras de Arte seleccionadas en distintas localidades de la comarca, se mostrará también una colección de fotografías, para cuya realización sugirió el nombre de su amigo José Antonio Duce.




            José Antonio Duce Gracia era y es uno de los grandes fotógrafos de nuestra época y, por lo tanto, hubo unanimidad a la hora de confiarle el encargo. Para llevarlo a efecto se desplazó a Borja, a finales de 1968. Aquí le acompañó, en su recorrido por la ciudad, Francisco Domínguez Pablo al que inmortalizó en la fotografía arriba reproducida.
            En aquellos momentos Borja presentaba un aspecto lastimoso. Se había acabado la instalación de las redes de agua potable y de saneamiento, pero no se había procedido a la pavimentación, por lo que las calles y plazas, de tierra y con los restos del antiguo empedrado, se convertían en un lodazal los días de lluvia.



            José Antonio Duce realizó un excelente trabajo, fruto del cual presentó una colección de 20 fotografías que fueron las que, montadas en paneles de madera, se mostraron en la citada exposición. En aquellos momentos, el presupuesto anual del Centro era de 25.000 pta (150 Euros), por lo que el importe del reportaje (que tampoco era muy elevado) tuvo que se sufragado conjuntamente por el Ayuntamiento de Borja y por el Centro. Por este motivo, la colección fue dividida y, en nuestro poder, quedaron 12 fotografías (10 iniciales y dos añadidas posteriormente), mientras que el resto se conservó en la Casa Consistorial, habiéndose perdido el rastro de la mayor parte de ellas. Al parecer, aquellas en las que aparecían personas fueron “donadas” a las correspondientes familias.



            Una de ellas era esta que tiene un interés singular, pues ofrece una perfecta visión del arco de San Francisco, poco antes de que fuera parcialmente derribado. Restaurado posteriormente, ha cobrado singular importancia a raíz de haber podido documentarse que era una obra del gran arquitecto aragonés Agustín Sanz.
            Pues bien, la fotografía la hemos encontrado casualmente en GozaZaragoza.com una página que pretende ofrecer “información actualizada y completa de la ciudad de Zaragoza”, respondiendo a una iniciativa de las empresas Consultis y MaasZoom.
            En ella, se dedica una sección a José Antonio Duce con una selección de las fotografías que forman parte del proyecto “Aragón en el recuerdo”. El 1 de junio de 2014 y con el título “La puerta Real de San Francisco de Borja, testigo del tiempo” se reproducía la imagen, acompañada del siguiente comentario:

            Algo tan cotidiano en el siglo pasado como que alguien cruzara en burro la puerta Real de San Francisco de la localidad zaragozana de Borja es la nueva instantánea de la serie "Aragón en mi recuerdo", del fotógrafo José Antonio Duce.
Casas antiguas, balcones de forja, una calle todavía de tierra, un burro. Elementos, ya de otro siglo, que a muchos les evocan recuerdos de tiempos pasados y a otros les muestran lo que ellos, por su juventud, no han llegado a vivir. Son elementos que nos sitúan en el tiempo, en otra época, aunque hay otros que nos sitúan en un espacio muy concreto. Y es que esta imagen solo podría haber sido tomada en la localidad zaragozana de Borja, donde se erige la puerta Real de San Francisco, la más bella e importante de todos los accesos que se conservan en la ciudad y por la que pasaban y traspasaban personajes ilustres aragoneses.
 Este monumento fue edificado en el siglo XVI, aunque su aspecto actual obedece a una reedificación que se produjo dos siglos más tarde. Fue realizada en ladrillo enlucido pero lo que no se puede ver en la imagen, por no haber sucedido todavía, es su reciente restauración.
 Los orígenes de Borja se remontan a Bursau, población celtíbera del siglo V a.C. Pero no nos vamos a ir a un momento tan lejano, nos quedamos en la Borja del siglo pasado, en este instante en el que señor y burro cruzan la puerta Real de San Francisco. en la siempre magistral captura de José Antonio Duce.



            Curiosamente, con fecha de 1 de octubre de ese mismo año, volvía a aparecer aunque ahora con el título de “La otra cara de Borja” y un comentario realmente sorprendente, cuyos desatinos hemos resaltado en negrita, manteniendo el resto en su redacción original:

La popular villa de Borja ha sido el escenario que ha escogido el genial fotógrafo José Antonio Duce para continuar con su colección "Aragón en mi recuerdo". Aunque su objetivo no ha enfocado al ya conocido "Ecce Homo", sino a uno de los habitantes a lomos de su burro traspasando uno de los arcos más antiguos del lugar.
Esta localidad de más de cinco mil habitantes forma parte, junto con el Santuario de Misericordia, de la Comarca del Campo de Borja, región limítrofe con Castilla y Navarra. Cercando a un castillo construido durante la ocupación islámica y al Cinto o judería alta, el pueblo de Borja se caracteriza por las construcciones que conserva de la guerra civil aragonesa de los siglos XVI y XVII.
                En la imagen capturada por José Antonio Duce se puede viajar en el tiempo al recoger con su cámara una estampa que bien podría haber tenido lugar décadas atrás, cuando los animales aún hacían las veces de medio de transporte. Tras el anciano montando el burro, camina por la calle sin asfaltar una mujer de mediana edad con vestido y delantal y un niño en los brazos: es la viva imagen del ama de casa de antaño, encargada de las tareas del hogar y del cuidado de los hijos. Esta escena rústica la completan el arco de piedra bajo el que se encuentran los personajes y las fachadas gastadas por el tiempo de las casas colindantes.
 Aunque en los últimos años la pequeña localidad de Borja se ha hecho famosa con Elisa García y el "Ecce Homo", la villa tiene mucho más que ofrecer a sus visitantes: tiene historia, tradiciones y monumentos que, sin duda, merece la pena descubrir.



            En la misma página se publicó el 15 de abril de este año, esta otra fotografía de la serie de 1968, cuyo rastro habíamos perdido. El comentario llevaba por título “Un momento de la vida de Borja”:

"Borja. Al sol de la tarde" tituló José Antonio Duce esta instantánea de su serie "Aragón en mi recuerdo" en la que, en efecto, no muestra un monumento ni un elemento singular, sino un simple momento de la vida cotidiana. Una escena que podría haberse tomado en un pueblo cualquiera y el artista convierte en arte y documento.

La ropa de los hombres, el borrico o las rodadas en el barro de la calle sitúan al espectador en un pasado no tan lejano; aunque casas como las del fondo siguen siendo habituales y nos recuerdan también que no todo cambia. Y la mirada atenta de los retratados hace visible la presencia del fotógrafo y eleva a estos tres vecinos de "testimonio etnográfico" a personas que dialogan con nosotros y con las que podemos compartir el descanso tras la jornada de trabajo o la curiosidad ante ese extraño que se acerca a nuestra calle y que ve interesante hacer una fotografía.
 Capas de significado que potencia la magistral capacidad de Duce para captar la luz y aprovechar todas las virtudes del blanco y negro.

Al reproducir estas imágenes hemos querido recordar aquella magnífica exposición de hace casi cincuenta año y el trabajo de ese gran artista que es José Antonio Duce.

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