Dentro
del trabajo de investigación que está llevando a cabo Guillermo Carranza
Alcalde, sobre obras hidráulicas en los municipios de la cuenca alta del río
Huecha, se ha centrado en los últimos meses en la localidad de Bulbuente. Allí,
a través de las ventas efectuadas, con motivo de la Desamortización, se conocía
la existencia de dos molinos situados, uno al lado del otro, junto a la acequia del Campo. El primero de
ellos era un molino harinero y el segundo de aceite, ambos pertenecientes al
monasterio de Veruela.
En 1520 la ciudad de
Borja autorizó un cambio en la trayectoria de dicha acequia del Campo, para
beneficiar a estos molinos. También está documentada una concordia de 1573
entre Veruela y su villa de Bulbuente, sobre la utilización de los molinos de
harina y aceite.
Como hemos visto, ambos
molinos se subastaron en 1840. De ellos, el de aceite se mantuvo en
funcionamiento más tiempo que el de harina. Una vez abandonados, se perdió su
memoria y muchas personas ignoraban su existencia.
Sin
embargo, en las representaciones cartográficas se hace alusión al topónimo “Barranco
Molino” y allí fue donde se dirigió nuestro colaborador en busca de lo que pudiera
quedar de ellos.
Y,
efectivamente, en aquel paraje se encuentran los restos de los molinos
cubiertos por la maleza, lo que impide conocer con precisión sus características
e, incluso, precisar los que pertenecen a una y otra construcción. Tampoco se
encuentran las piedras molares, los cárcavos u otros
elementos propios de este tipo de construcciones.
Sí
se encuentra al lado, tal como figuraba en la documentación reproducida más
arriba, la acequia del Campo con un salto que, a primera vista, no parece que
corresponda al propio del molino para impulsar la maquinaria. Todo ello, junto
al antiguo camino que unía Borja y Ambel por este barranco. Actualmente el
camino se mantiene en el término de Ambel hasta el “ajuntadero” de las acequias
de Morana y del Campo, pero desaparece al entrar en Bulbuente, aunque después
se recupera a la altura del molino, unos 500 metros más abajo.
También
se conserva el antiguo embalse para reunir las aguas necesarias para el
funcionamiento del molino, situado a una cota superior en el que, todavía,
puede verse la boca de salida del agua.
Por otra parte, se
tiene constancia de que, a lo largo del camino citado y encima de la balsa de
los molinos, fueron construidas ocho cuevas-vivienda, cuya relación con los
molinos no se conoce. La mayor parte de esas cuevas se ha derrumbado pero
Guillermo ha podido realizar fotografías en una de ellas, aunque la visión de
las imágenes de su interior nos plantea dudas sobre su función real, pues se
parece mucho más a una bodega vinaria que a una cueva vivienda.
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