Aunque
el calor no aprieta estos días, una visita a la Estanca de Borja constituye una
experiencia refrescante, al comprobar que también está llena de agua.
Por
otra parte, son muchas las aves que pueden observarse allí. Lamentablemente, no
disponíamos de teleobjetivo ni tampoco de los conocimientos necesarios para
identificar las diferentes especies.
La
belleza de la arquitectura mudéjar de la Casa y el entorno natural constituyen
atractivos suficientes para que la Estanca fuera mucho más conocida y visitada.
Cuando se terminó de restaurar ese hermoso edificio quedó pendiente la creación
de un centro de interpretación de la Estanca y un mirador para observar las
aves en la galería de arcos superior.
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