Recientemente, el Centro de Estudios Galluranos publicó un excelente artículo histórico para conmemorar el 120 aniversario del puente de San Antonio. Ahora, Pedro Domínguez Barrios nos ha remitido este trabajo, con la intención de complementarlo con una somera descripción técnica, para entender mejor su funcionamiento, y una previa aclaración histórica.
Como escribían, en un
principio, el puente contaba con tres arcadas, pero una importante riada el 8
de febrero de 1910 arrastró parte de su estructura y lo dejó inservible, como
muestra esta antigua fotografía, en la que puede apreciarse que el daño
ocasionado por esta riada se centró en la margen derecha, quizá por la mayor
pendiente del terreno, y las aportaciones al río por este lado, arruinando estribo,
manguardias, y paso entre ellas, debilitando seriamente el terreno sobre el que
se cimentaban.
Tardarían más de 5 años en su reconstrucción, esta vez con
una arcada más, como lo conocemos en la actualidad. El primer módulo de esta
margen es pues el que corresponde a la reparación de 1915, no apreciándose en
la nueva arcada, idéntica a las originales, pero sí en la pila donde apoya, de
forma rectangular, a diferencia de las originales con sus lados cortos en forma
semicircular.
Parece claro pues, que esta pila pertenezca a los restos del
estribo de esta margen, ya que el puente original terminaba aquí, y su frente
es idéntico al del estribo opuesto, coronado por la misma moldura recta de
doble listel, por lo que se deduce que, en lugar de reconstruir el estribo y
sus componentes tal como eran (simétrico al existente), se optó por sustituirlo
por una arcada idéntica a las otras, con su nuevo estribo de apoyo en la
carretera. Desconocemos la razón de esta solución, en lugar de restituir la
obra tal como era, (quizá razón económica), qué si bien se creció el puente,
con una arcada más, lo privó de su simetría original. Aún pueden verse varios
sillares en el cauce del río, cuando su nivel es bajo.
El puente inaugurado en 1902, es obra de Cornelio Arellano
Lapuerta y salva el río en un forzoso recodo de este, con un giro de casi de 90
grados, dando paso a la carretera de Gallur a Sangüesa.
Se trata de un puente de los llamados de arco atirantado, o
tipo bowstring, llamado así por su esquema de trabajo, similar al de este arma.
El ingeniero aragonés Joaquín Pano y Ruata, que aportó considerables avances a
esta tipología de puente, la denominaba “de vigas parabólicas”. Este sistema
fue ideado por el ingeniero británico Mr. Brunel, presentado por primera vez en
La Exposición de París de 1855, y llevado a la práctica en el puente
ferroviario de Windsor, de un solo vano para salvar una luz de 57,25 metros.
En España se estrenó por primera vez en 1865 en el puente de
Pardo, que salva el Pisuerga en Valladolid, comunicando la avenida de Salamanca
con el paseo de Zorrilla, también de un solo vano con una luz de 67.70 metros.
El puente actual salva el Ebro con 4 vanos de 50 metros de
luz, apoyados en tres pilas centrales y estribos en ambas márgenes, (original a
la izquierda, y nuevo a la derecha). La estructura portante de cada tramo o
módulo, está conformada por dos grandes vigas de celosía con su cordón superior
en forma de arco, y el propio tablero.
En
cada módulo o tramo, el tablero o firme del puente cuelga de sus lados largos
de sendos arcos escarzanos (o parabólicos), mediante péndolas verticales
también de celosía, y se une a él en sus extremos, en el arranque de dichos
arcos. En su parte frontal las péndolas y aspas o cruces de San Andrés,
arriostran los arcos con las vigas maestras del tablero. Todo su peso más el de
las cargas móviles que supone el tráfico rodado, es transmitido por las
péndolas con un esfuerzo de tracción, a los arcos, y estos a su vez lo
transmiten con un esfuerzo de compresión a las vigas cajón (maestras)
longitudinales, y al propio tablero, de forma que este queda tensado como la
cuerda de un arco, sometido a un esfuerzo de tracción.
Los arcos rebajados de los que pende el tablero tienen forma
antifunicular, y realmente tienen un alzado poligonal estando formados por
segmentos rectos (12 en total) de vigas armadas con sección en U invertida, es
decir igual que las vigas cajón del tablero, pero colocadas simétricamente quedando
sus caras abiertas enfrentadas, y coplanarias.
Los palastros y perfiles de estos segmentos se unen a las
vigas cajón del tablero mediante las péndolas que soportan a este, éstas son de
perfiles L unidos por pletinas cruzadas en aspa, entre péndolas se dispone una
cruz de San Andrés de perfiles T, con un chapón romboidal en su intersección en
ambas caras.
Contemplando una sección transversal del puente, se observa
que, las péndolas son coplanarias a las vigas transversales del tablero, las
vigas Pratt de unión, así como a las ménsulas voladas sobre éste, de forma trapezoidal
que soportan el andador o paseador a ambos lados del puente, quedando el diseño
y estructura del puente, definido por los dos planos longitudinales de las
arcadas y vigas maestras del tablero, y los tansversales a éstos, que contienen
las péndolas, vigas Pratt, ménsulas y
vigas transversales del tablero.
Por su parte
superior los arcos quedan unidos en sus 4 segmentos centrales, por 3 vigas de
celosía tipo “Pratt “, y 2 de perfil sencillo, apoyadas en las caras interiores
de las péndolas con ménsulas de ½ caña de chapa, (único ornato del conjunto),
asimismo arriostrados por 2 cruces de San Andrés y un perfil longitudinal por
su cara superior.
El puente se apoya en tres pilas
centrales y sendos estribos en cada margen, pero dado que el acero puede
dilatarse o contraerse por efecto de la temperatura, así como deformarse
transitoriamente bajo el efecto de las cargas, el tablero no puede descansar
directamente sobre la cara superior de las pilas y estribos; y entre ambos
elementos, se disponen unos dispositivos de apoyo capaces de moverse
longitudinalmente para absorber las dilataciones del metal, así como girar muy
sensiblemente para absorber la flexión del tablero. Cada módulo o arcada,
dispone de dos fijos en un extremo, y dos móviles en el extremo opuesto.
La estructura del tablero está conformada por dos vigas
armadas en sus extremos que delimitan su anchura, las cuales se unen a los
arcos en el arranque de éstos. Estas vigas tienen sección e U, (vigas cajón) de
forma que además de estructura hacen las veces de canal de desagüe mediante
tubos verticales dispuestos para tal fin. Estas vigas principales se unen
transversalmente mediante 13 vigas también armadas con perfil I, y a su vez,
entre estas últimas se disponen perpendicularmente otras con perfil I ya
comercial. (como viga armada nos referimos a la conformada por palastros unidos
por roblones)
Las vigas transversales se arriostran cada 3 por cruces de
San Andrés de perfil tubular. El resultado es una retícula estructural
altamente resistente, sobre la que se coloca un suelo de chapa para recibir el
firme de la calzada, actualmente de asfalto; hace 50 años, el firme era de
tablones de madera transversales.
Los estribos y las pilas son de fábrica de sillería de caliza
muy bien cortada y escuadrada, con juntas minúsculas; el de la margen
izquierda, que es el original, consta de dos cuerpos diferenciados en planta
por distinta anchura, y acabado de sillería. El primero, más estrecho, y de
peor acabado, delimita el ancho de la calzada y su base sigue el perfil en
pendiente del terreno hasta alcanzar la cota de la carretera.
El segundo, o paso, se ensancha en la zona de contacto con el
primero, penetrando sus primeras hiladas en la fábrica de éste, haciendo las
veces de adarajas o engarces, para la trabazón de ambos cuerpos. Esta perforado
por un paso que comunica ambos lados, cubierto por una bóveda de cañón de
sillería de menor tamaño que el resto de la obra. Los sillares del contorno del
arco y sus apoyos tienen una sensible prominencia sobre el resto de la
fábrica.
Su frente hacia el río presenta en su parte alta un rebaje
coronado por moldura sencilla, para recibir los apoyos del puente, y su faz
está desgraciadamente cubierta de pintadas, una de las cuales dice irónicamente:
“Parecéis tontos pintando paredes”. Una imposta perimetral con doble moldura
sencilla en ligero vuelo, une ambos cuerpos del estribo, y a su vez sirve de
base al pretil también de sillería, con basa y albardilla de coronación más
anchas que el murete. Los extremos finales, en el encuentro con la barandilla
metálica del paseo del puente, terminan en un dado de sillería rematado en
forma curva.
Como se ha mencionado anteriormente, el estribo de la margen
derecha, quedo prácticamente destruido por la gran riada de 1910, que
obviamente sería idéntico a su simétrico actual, como bien atestigua una de las
imágenes antiguas, quedó en pie únicamente su frente, el cual fue reparado como
pila, ejecutando su cara posterior simétrica a la anterior existente, quedando
en sus lados cortos el retallo de cambio de anchura y en su coronación idéntica
moldura, pero en clara disonancia con las pilas existentes.
Para apoyo de la nueva arcada, se construyó un nuevo estribo.
Las dos pilas centrales son de idéntica fábrica, y planta rectangular de lado
largo sensiblemente mayor que el ancho del puente, los lados cortos o
tajamares, son en curva en sensible prominencia sobre los largos, al igual que
el arco del paso en el estribo. Sería estupendo disponer del proyecto original
para corroborar estos datos.
Si bien el estado del puente no es malo, la estructura
metálica del tablero, presenta abundante corrosión por su cara inferior, además
de apreciarse la pintura original gris, en todos sus elementos, excepto en la
viga cajón izquierda. Sería conveniente eliminar las corrosiones para evitar el
deterioro del metal y con ello la pérdida de sus propiedades, así como dotarlo
de una nueva mano de pintura completa, pues, aunque no sea censurable su color
actual, la obra merece uno más apropiado, verde bronce sería el ideal.
Nota. Las fotografías antiguas son tomadas del artículo del
Centro de Estudios Galluranos y descargadas de internet, las restantes son propias.
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