Hoy queremos dar noticia de un artista, nacido en Ambel en la segunda mitad del siglo XVI, del que apenas tenemos noticias. Se trata de Francisco Adán, del que sabemos que, en 1597, siendo mancebo y, por lo tanto, de no demasiada edad, ingresó como aprendiz en el taller del pintor y decorador de Olite Juan de Frías y Salazar.
El muchacho era hábil y, muy pronto, se convirtió en el
discípulo más aventajado de su maestro, con el que colaboró en muchas de sus
obras, como los respaldos de los calajes de la sacristía del monasterio de la
Oliva, decorados con pinturas realizadas hacia 1610, con representaciones de
los apóstoles y de santos anacoretas. Estas obras fueron llevadas en el siglo
XIX a la parroquia de Murillo el Fruto y, más tarde, a un convento madrileño.
También colaboró con su maestro en la policromía
del retablo mayor de la parroquia de San Adrián, restaurado entre 2008 y 2009,
así como en otras obras.
Pero su vinculación a Juan de Frías se
acrecentó al contraer matrimonio con Petronila, una de sus hijas, que dio lugar
a que, a la muerte del suegro, heredase el taller.
A la vista de los datos expuestos,
sería interesante profundizar en la biografía de este artista de Ambel, documentando
su nacimiento y estudiando la posibilidad de que llegara a realizar alguna obra
en su localidad natal.
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