Fue durante nuestra última visita al castillo de Grisel cuando su propietario D. Manuel Giménez Aperte nos llamó la atención sobre unas plantas que habían crecido entre los sillares del adarve.
Se trataba de ejemplares
de Hyoscyamus niger, popularmente denominada como beleño negro o hierba
loca, conocida desde antiguo y utilizada con fines farmacológicos, pero que,
cuando se consume en ciertas cantidades, es sumamente peligrosa.
Ello es debido
a la presencia en sus hojas y semillas de alcaloides tales como la atropina y
la hioscina, mucho más fuerte que la anterior, lo que provoca alucinaciones. Su
consumo está asociado a las brujas que, merced a la ingestión de pócimas
elaboradas con ella, entraban en un trance que les hacía creer que volaban.
Esta poción es
la que, según la Odisea, administró la maga Circe a los compañeros de
Ulises, para “transformarlos” en cerdos, algo de lo que se libró el héroe, por
haber sido inmunizado por Hermes.
Pero, hay un
dato interesante del que se ha percatado D. Manuel Gimémez: el hecho de que suele
crecer en estructuras medievales. Así pudimos comprobarlo en Borja, al ver una
de estas plantas “emergiendo” entre los sillares existentes frente al pórtico
de Santa María. No pudimos fotografiarla, dado que no disponíamos de cámara y,
cuando volvimos con ella, había sido ya arrancada.
Por otra parte, no hace mucho, en un asentamiento rural de
Houten-Castellum, en los Países Bajos, los arqueólogos descubrieron un hueso,
en cuyo interior se habían almacenado y tapado gran cantidad de semillas de la
planta, lo que demuestra su uso durante época romana, aunque no se ha podido
determinar con qué fin eran consumidas.
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