sábado, 1 de septiembre de 2018

Prosigue la restauración de la iglesia parroquial de Ambel


         La iglesia parroquial de San Miguel de Ambel es un importante monumento del siglo XIV que, junto con la casa conventual anexa, fue declarada Bien de Interés Cultural en 2001. Desde hace algún tiempo está siendo restaurada, habiéndose saneado su pavimento, consolidado el torreón de los Monserrat, el de las campanas, y parte de la fachada exterior, mientras que, en su interior, se ha procedido a la recuperación de pintura original de sus muros en algunos de sus tramos.

         Dentro de este lento proceso, últimamente se ha acometido una nueva fase que, con una inversión de 50.000 Euros, se ha centrado en la restauración de la fachada contigua a la casa conventual.





         Ese espacio corresponde al interior del torreón en torno al cual se articuló todo el complejo formado por la iglesia y el palacio de la Orden de San Juan y que, en opinión del Prof. Christopher Gerrard puede ser datado en el siglo X.

         Del torreón sólo se conservan sus muros, dos de los cuales corresponden a la iglesia y los otros forman parte de la casa conventual, ahora de propiedad privada. En uno de estos últimos se aprecia la embocadura de una antigua cocina que, según la documentación aportada por el citado profesor se denominaba “cocina de Santa Lucía” o “cocina de la Cabeza” más tarde.






         Este es el aspecto que ofrece el interior del torreón, tras la última actuación realizada bajo la dirección facultativa del arquitecto de la Comarca “Campo de Borja”, en la que también se ha instalado un sistema de drenaje del suelo, para evitar humedades, dado que ese espacio carece de cubierta.



         Aprovechando esta obra han sido eliminadas las rozas existentes en los muros de la capilla de Santa Lucía que fueron abiertas para los conductos de un antiguo sistema de calefacción que partía del citado torreón.




         Según nos informaron en nuestra visita la próxima actuación se centrará en la restauración del púlpito, otra interesante obra que está en grave riesgo de desprenderse, siendo necesario desmontarla completamente para después proceder a una adecuada fijación y restauración de sus tracerías, limpiando los repintes que las cubren.




         Agradecemos a Dª. Cristina Herranz y a D. Jaime Trivez las informaciones que nos dieron, así como a Mr. Casper Johnson, uno de los propietarios de la casa conventual, que nos facilitó el acceso al interior del torreón.

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