viernes, 7 de septiembre de 2018

Sobre la rejería del palacio de los Zapata de Mallén


         Entre los monumentos  más importantes de Mallén se encuentra el palacio de los Zapata, al que ya dedicamos uno de los primeros artículos de este blog, en 2011, por tratarse de uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura civil del siglo XVIII en nuestra comarca.




         Fue mandado construir por D. Juan Crisóstomo Zapata Muñoz de Pamplona, un destacado personaje que fue caballero de la Orden de Malta y teniente coronel de los Reales Ejércitos. Las obras se llevaron a cabo en el último tercio del siglo XVIII, coincidiendo con las de ampliación de la iglesia parroquial de Ntra. Sra. de los Ángeles, en las que también intervino.




         La reforma del templo trajo como consecuencia la demolición parcial de la antigua iglesia románica que debió ser espectacular por haber sido edificada con sillares de alabastro blanco. Afortunadamente, su ábside se conservó embutido en la nueva obra, pudiendo ser recuperado recientemente. Algunos de los sillares del resto de la nave se emplearon para construir un puente sobre el río Huecha y también para el zócalo del palacio de los Zapata, donde pueden verse con sus marcas de cantero, que vienen a demostrar su procedencia.



         En su fachada destacan las rejas de la planta baja y los balcones de su planta principal, con un llamativo diseño. Ahora, con ocasión de la catalogación del archivo de la familia, que nos ha sido donado, hemos podido documentar que toda la rejería fue “trabajada en Castilla”, de donde llegó, tras su paso por tierras levantinas entre 1768 y 1769. Fueron realizados 4 balcones y cuatro rejas. Los primeros se conservan, pero en la fachada hay ahora sólo tres rejas por lo que, en algún momento, debió ser eliminada la cuarta que, probablemente estaría a la izquierda de la portada principal, sobre la puerta accesoria que hay allí.





         Al mismo artesano se le encargaron también los clavos para las puertas, argollas, llamadores y otros elementos de cerrajería. Recordamos que el bonito llamador que aparece en la primera fotografía fue sustraído por un amigo de lo ajeno, siendo reproducido por el escultor, residente en Mallén, D. Raúl Hernández Guarde. El precio total de todo ello ascendió a la cantidad de 15.603 reales de vellón (unas 828 libras), cantidad importante en esos momentos, dado que, por citar un ejemplo, el dorado del retablo mayor de la iglesia parroquial de Mallén costó 612 libras, en 1764.




         Pero lo más curioso es que toda la carpintería de puertas y ventanas se hizo en Orihuela a donde tuvieron que llevarse las rejas y clavos para su ensamblamiento. Desde allí llegaron a Mallén por Cariñena, siendo el importe total de la misma unas 455 libras. Para la ejecución de todo ello, D. Juan Cristóstomo Zapata envió instrucciones muy precisas sobre las dimensiones y características que habían de tener, modificándolas hasta en tres ocasiones.
         Los datos que hoy damos a conocer constituyen un primer adelanto de los que ofrece este archivo que estamos catalogando, cuyo interés es evidente a la vista de lo que vamos conociendo.

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