Hoy, día de San Bartolomé, su cofradía y el barrio del mismo nombre celebran su festividad con una serie de actos entre los que destaca el tradicional dance, seguido del “paloteao”, dos palabras que, con frecuencia, se asimilan aunque tienen significado diferente. El dance hace referencia al texto escrito, los dichos, las competencias, el “sainete” y las intervenciones del mayoral, del rabadán y del cipotegato, mientras que el “paloteao” es el baile de palos, flores y el trenzado de cintas que le sigue.
Tanto el dance como la procesión estarán presididas por la imagen procesional del Santo que tiene un interés especial ya que se conoce su autor. Se trata de un busto encargado por la cofradía en 1538, al escultor francés Baltasar de Arrás que, por entonces, residía en Tarazona. Según la capitulación publicada por el Prof. D. Jesús Criado Mainar, el 10 de septiembre de ese año, los procuradores de la “cofradía de Nuestra Señora y de San Bartolomé” le encargaron al citado artista borgoñón la “la realización de tres bustos de San Bartolomé, Santa Apolonia y San Acisclo con sus respectivas peanas por precio de 24 ducados”. Sólo se ha conservado el primero, aunque sometido a varios repintes y otras intervenciones, como la reconstrucción de la nariz tras una caída accidental. Junto con su calidad artística, se da la circunstancia de que es la obra más antigua documentada de Baltasar de Arrás, por lo que sería muy conveniente proceder a su restauración.
Ese mismo año de 1538, Arrás y su colega Juan Ronger se comprometieron con el cabildo de la colegial a realizar algunas reformas en la puerta del coro de Santa María y a construir unos púlpitos de aljez que, probablemente, son los existentes en la actualidad, aunque no es probable que el trabajo principal fuera realizado por Ronger.
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