Con la Salve Galana que se cantó en la tarde de ayer en la ermita del Sepulcro finalizaron los actos con los que Borja ha celebrado, como cada año, su Semana Santa. Es imposible efectuar un balance pormenorizado de los mismos pero, atendiendo a las peticiones recibidas, incluimos aquí un breve comentario sobre los aspectos más destacados.
En la noche del Martes Santo tuvo lugar la procesión del Encuentro que, a pesar de su reciente instauración, se celebró con gran brillantez con participación de la cofradía de San Sebastián, que la organiza, y otras llegadas desde Ainzón y Bulbuente. El acto central tuvo lugar en la plaza de España en medio del silencio y recogimiento de todos los asistentes.
En la noche del Miércoles Santo, la cofradía de San Juan Evangelista trasladó la imagen de su patrón desde la antigua iglesia de San Pedro Mártir a la colegiata de Santa María. La salida de Santo Domingo fue espectacular con imágenes proyectadas en los muros del templo, nubes de humo en el momento de la aparición del paso y una jota cantada que hizo brotar las lágrimas en muchas de las personas que presenciaron el acto.
El Jueves Santo recorrió las calles de la población la procesión de los Pasos, la más antigua de todas. A mediodía del Viernes Santo, el Pregón tuvo que acortar su recorrido por la amenaza de lluvia que, sin embargo, no llegó a materializarse y, como había ocurrido a lo largo de toda la semana, permitió la salida del Entierro de Cristo. Esta ceremonia constituye el eje central de las manifestaciones populares de estos días. En él participan todas las cofradías con los distintos pasos e “insignias” que participan en él.
Especial protagonismo tienen las bandas de las cofradías de San Juan Evangelista y de San Sebastián que, junto a la Agrupación Musical Borjana que cierra el cortejo, contribuyen a la brillantez de esta procesión. La de San Juan desfila con su titular, mientras que la de San Sebastián lleva el paso de la Verónica.
La cofradía de San Antón, cuyo hábito es negro con capirote y vivos morados porta el paso del Descendimiento que, en el pasado siglo, vino a sustituir al antiguo que aún se conserva en una capilla del claustro de la colegiata y que reviste indudable interés.
La cofradía de Santa Lucía, con hábito blanco y capirote morada es la encargada de portar el paso de María Magdalena.
La cofradía del Carmen, con hábito marrón y capirote, vivos y manto blancos, lleva los estandartes de las tribus de Israel.
Por su parte, la cofradía de San José, con hábito blanco y capirote y vivos rojos lleva los estandartes de las Cuatro Partes del Mundo.
El paso de la Dolorosa es llevado por la cofradía de las Nieves que viste hábito y tercerol negro.
La organización del Entierro de Cristo corre a cargo de la cofradía de las Almas, cuyos miembros visten hábito y tercerol negros que, en su origen, era el de todas las cofradías que participaban en la procesión.
En lugar preferente figura el Arca con el magnífico Cristo yacente que es escoltado por la Unidad de Alabarderos, a la que, desde hace algunos años, se han incorporado mujeres.
El arca es sellada en el Campo del Toro por el centurión, auxiliado por los “angélicos”, momento en el que se rasga el velo del Templo, un paso que este año no ha desfilado ya que no se presentó ningún miembro de la cofradía de San Bartolomé que es la responsable de llevarlo.
No faltaron, sin embargo, el peculiar paso de la Muerte, uno de los elementos más característicos de esta comitiva.
Así como la Paz y la Justicia y otras representaciones de más reciente incorporación, como María Magdalena y la Samaritana.
Presidiendo la procesión el clero, bajo cruz alzada. D. Florencio Garcés pudo proceder a incensar el arca, antes de ser sellada, a pesar del percance sufrido por el incensario, en el transcurso del recorrido.
Cerrando la comitiva, la corporación municipal bajo mazas enlutadas, llevando sus miembros guantes negros, de acuerdo con la tradición.
Pedimos disculpas por la mala calidad de las fotografías ya que, por sorprendente que pueda parecer, nuestro Centro no dispone de una cámara adecuada, debiendo utilizar la de su Presidente que, evidentemente, no reúne las condiciones para reflejar adecuadamente la belleza de esta ceremonia.
Cabe destacar que el Entierro de Cristo tampoco salieron los tradicionales encapuchados que portan un cráneo y una ceniza. Saludos.
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