domingo, 22 de abril de 2012

Detectados problemas estructurales en la ermita del Sepulcro



            La ermita del Sepulcro, situada en la carretera del Santuario, es el marco donde, cada año, se celebra la ceremonia de la Salve Galana con la que se clausura la Semana Santa borjana.




            Como ya hemos comentado en otros artículos, allí se reúnen el Domingo de Pascua los devotos para felicitar a la Virgen, con motivo de la Resurrección.




En la ermita se veneraba la magnífica imagen de Cristo yacente que, en la actualidad se conserva en el Museo de la Colegiata. En su lugar se colocó un vaciado de la misma, manteniéndose la imagen de la Virgen que es del tipo de las llamadas “de vestir”.
            La ermita ha sido objeto, recientemente, de un estudio realizado por Alberto Aguilera Hernández y Ramiro Adiego Sevilla que ha aparecido publicado en las Actas de las VI Jornadas de Estudio sobre la Orden del Santo Sepulcro.




            Tradicionalmente, se ha venido manteniendo la afirmación de que su construcción fue debida a la iniciativa del sastre borjano Bernardo Polo, fijando en el año 1690 la terminación de sus obras.
            Aguilera y Adiego consideran que, sin descartar la decisiva influencia de ese personaje, es muy probable que la edificación hubiera comenzado antes y discurriera lentamente, debido a los problemas económicos encontrados. De hecho, en su fábrica aparece un ladrillo con la fecha de 1641 que pudo ser reaprovechado de otra obra. Además, ha sido encontrado uno de 1697, por lo que no puede mantenerse, en la actualidad, que estuviera terminada en 1690.




            Lo que sí está documentado es el hecho de que, en 1699, Bernardo Polo pidió autorización para el traslado de la imagen de Cristo, que había realizado el escultor bilbilitano Gregorio de Messa, llevándose a cabo el 3 de mayo de ese año. Respecto a la imagen de la Virgen, Aguilera y Adiego mantienen la hipótesis de que fuera realizada en torno a 1703, por el mismo autor que, en esos momentos, sustituyó las cabezas de la talla de la Virgen de Misericordia.
            La ermita del Sepulcro ha sido objeto, a lo largo de su historia, de varios expolios que afectaron a su dotación artística, aunque pudo salvarse a tiempo la imagen de Cristo que está a la espera de su necesaria restauración.




            Ahora, con ocasión de la Salve Galana se pudo comprobar la aparición de unas grietas en la parte superior de su cabecera, por lo que se hace necesario proceder a su consolidación, así como el adecentamiento de su entorno con el fin de preservar este interesante monumento que está llamado a convertirse, en el futuro, en el núcleo central de un complejo destinado a desempeñar los cometidos funerarios que ya tuvo en una determinada época.

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