En
el artículo de ayer comentamos los tipos de canalones más sencillos conservados
en las fachadas de Borja. Hoy vamos a hacer referencia a otros más complejos
que adoptan forma de animal en sus extremos distales. Suelen ser, generalmente,
cabezas de perro y entre ellos, el modelo más bonito que hemos encontrado es el
que figura en la imagen superior. Lleva dientes en su boca abierta y grandes
orejas caídas.
Hay
una variante en el que la cabeza presenta una curvadura muy acusada y, aunque
mantiene los dientes en la boca, carece de orejas.
También
con dientes, pero con las orejas puntiagudas es este modelo de factura más
sencilla, de los que existen menor número de ejemplos.
Porque,
los más frecuentes son estos otros con orejas apuntadas y los orificios de la
nariz muy prominentes sobre la boca que, en este caso, carece de dientes.
Sobre
los modelos comentados se pueden presentar variantes simplificadas. La de
arriba, todavía adopta forma de cabeza, aunque más acodada y sin orejas,
mientras que en la inferior tan solo la recuerda remotamente. Hay que advertir
que, en todos los casos, el canalón cuenta con gola en su parte distal.
El
esquematismo llega a su límite en este modelo que es un simple tubo rasgado a
manera de boca y en el que la gola citada es sustituida por un disco
estrellado.
Hasta
ahora, hemos hablado de formas que, de una u otra manera se asemejan a cabezas
de perro. Hay otras que recuerdan, sin embargo, a un pájaro porque la abertura
adopta forma de pico. Pueden ser rectas o con una ligera curvadura y, en ambos
casos, sobre la parte posterior de la cabeza se dispone una prolongación a
manera de cresta.
Nos
referiremos, finalmente, a los modelos más recientes que son de producción
industrial y, aunque en algunos casos tienen forma de animal, con las alas
extendidas y una lengüeta que sobresale de la boca, la forma de instalación es
diferente, pues es una pieza que se encastra directamente en la canalera, sin
necesidad de soporte.
Del
mismo fabricante es este modelo, mucho más sencillo, aunque preparado para su adaptación
de la misma forma.
Como
se habrán percatado nuestros lectores en ningún caso hemos citado el lugar
donde se encuentran los distintos tipos comentados, con el fin de facilitar un
entretenimiento a quienes deseen localizarlos y, sobre todo, con la esperanza
de que, en su búsqueda, encuentren otros con formas que nos hayan podido pasar
desapercibidas.
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