jueves, 20 de junio de 2013

En torno a la verdadera identidad de Matilde de Lerma

      
                Acabamos de recibir unos datos de extraordinario interés que vienen a modificar completamente lo que, hasta el momento, habíamos publicado sobre la gran soprano Matilde de Lerma a la que cuando, en 2005, publicamos el Diccionario Biográfico de personajes relacionados con nuestra zona, decidimos incluirla ya que diversos autores la consideraban nacida en Borja, aunque nunca aportaron pruebas fehacientes. 
              En un artículo que D. Francisco Oliván Bayle publicó en Heraldo de Aragón, el 11 de junio de 1978, con el título “Baltasar González, pintor del pueblo”, se afirmaba que, entre las obras del ilustre pintor borjano, figuraba un retrato de Matilde de Lerma, bautizada, según ese autor, en la parroquia de San Bartolomé de nuestra ciudad, en 1875.



            Revisando los registros de Bautismos de la citada parroquia, encontramos el que reproducimos arriba, correspondiente a una niña llamada Diega Lajusticia Sánchez, bautizada el 12 de noviembre de 1875 (en el Diccionario aparecía por error “septiembre” y así ha sido reproducido posteriormente en otros medios), al margen del cual se hacía constar: “Contrajo matrimonio el 15 de julio de 1916 en la parroquia de San Jerónimo el Real de Madrid con D. Francisco Turón Alcober. Testigos: Francisco Cetina y Agustina Lajusticia Sánchez”. El que una joven borjana de humilde procedencia llegara a casarse en la iglesia de los Jerónimos de Madrid, nos indujo a pensar que se trataba de la verdadera identidad de Matilde de Lerma, entonces en la cúspide de su fama.



            La información tuvo, como hemos señalado, cierta trascendencia y se hicieron eco de la misma, en varios lugares. En Viquipèdia (Wikipedia en valenciano) se la identifica a partir de nuestros datos (incluido el error del mes), aunque se indica que “fou una soprano valenciana”. Por otra parte, la Asociación de Amigos de la Música de Zaragoza, siempre dispuesta a organizar homenajes, le tributó un reconocimiento público en nuestra ciudad, el 12 de mayo de 2007, en el transcurso del cual se descubrió esta placa de azulejos en la fachada del Teatro Cervantes. Hay que señalar, sin embargo, que en ella no se hace mención al nombre real ni, tan siquiera, a su lugar de nacimiento. Más tarde, el M. I. Ayuntamiento de Borja le dedicó una calle y también tiene otra en la capital aragonesa, desde 1943.



           Fue precisamente, al preparar un artículo sobre esta lápida, dentro de la serie que, sobre las existentes en nuestras calles, dimos a conocer en este blog, cuando encontramos en el ABC de 16 de febrero de 1956, la esquela del Dr. D. Ricardo Noya López en la que, entre los hermanos políticos del finado, aparecía Matilde de Lerma. Comoquiera que, en aquellos momentos, seguíamos considerando que la soprano había contraído matrimonio, en 1916, con D. Francisco Turón, nos interrogábamos sobre el carácter de la relación familiar con el citado médico ya que, si aparecía como “hermana política” del mismo, cabía la posibilidad de que hubiera vuelto a casarse con un hermano del mismo. Sin embargo, esta hipótesis era completamente falsa y, aunque el artículo apareció el 9 de junio de 2012, no ha sido hasta un año después cuando D. Miguel Noya Moneró, hijo de D. Ricardo Noya y de su primera esposa, ha venido a situarnos sobre la verdadera pista de la identidad de Matilde de Lerma.



            Porque Matilde de Lerma era hija de Gerardo Benito Segura y de Gaudiosa Ferrández Pasamar, hermana por lo tanto de Dª Adela Benito Ferrández y de Dª Julia y D. Manuel Benito que también aparecen en la esquela citada.



            A partir de esos datos, hemos investigado en los archivos parroquiales de Borja, pudiendo constatar que Gaudiosa Ferrández Pasamar fue bautizada en la iglesia parroquial de San Miguel el 3 de noviembre de 1853. Era hija de Pedro Ferrández Murillo y de María Pasamar Sola, ambos nacidos en nuestra ciudad. No fue la única hija del matrimonio, pues en los registros de las tres parroquias hemos encontrado los correspondientes a Juliana (1836), Camilo (1838), Carlos (1840), Juliana (1843), Justa (1845), María (1847), la citada Gaudiosa (1853), Rufino (1856) y Modesta Jerónima (1859). Los dos primeros fueron bautizados en Santa María, los cuatro siguientes en San Bartolomé y los tres menores en San Miguel, lo que guarda relación con los cambios de domicilio de la familia durante aquellos años.
            Sin embargo, no hemos encontrado registrado el bautizo del padre, por lo que cabe suponer que no era de Borja. Tampoco hemos podido localizar el matrimonio ni las anotaciones correspondientes a ninguno de los hijos. 



            Por lo tanto, con la información recabada lo único que podemos afirmar es que los apellidos de Matilde de Lerma eran “Benito Ferrández”, ignorando todavía su nombre real.  Sus padres eran Gerardo Benito Segura y de Gaudiosa Ferrández Pasamar, esta última natural de Borja.



            Otro dato curioso que hemos encontrado es que Dª María del Carmen Ferrández Inaga, la esposa del pintor D. Baltasar González Ferrández, era hija de Camilo Ferrández Pasamar, uno de los hermanos mayores de la madre de Matilde de Lerma. No es extraño, por lo tanto, que pintara un retrato a la ilustre soprano que, en definitiva, era prima hermana de su mujer. De dicho retrato se desconoce, por el momento, el paradero.



            Hasta aquí, los vínculos documentados de Matilde de Lerma con Borja y los datos precisos sobre su identidad. De ellos no puede deducirse que naciera en nuestra ciudad. D. Miguel Noya se  inclina por su origen valenciano y señala  como fecha de su fallecimiento, el 16 de febrero de 1956, la misma que aparece en Viquipèdia.
            Sugiere la posibilidad de que esté enterrada en el cementerio de la Almudena, donde reposan su padre, Gerardo Benito, fallecido el 24 de marzo de 1925, y su madre Gaudiosa Ferrández.
            La investigación no está cerrada, pero nos ha parecido conveniente dar a conocer inmediatamente estos nuevos datos que vienen a modificar, de forma radical,  todas las hipótesis anteriores, orientando las pesquisas hacia la dirección correcta.
            Desde aquí, debemos agradecer a D. Miguel Noya las informaciones que nos ha facilitado, junto con datos de gran interés sobre su padre al que, en modo alguno, habíamos relacionado sentimentalmente con la soprano, sino familiarmente, como ha quedado demostrado en este artículo.

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