Acabamos
de conseguir esta curiosa postal de Veruela, cuyo formato y tema eran
desconocidos para nosotros. Sin embargo, el interés se acrecienta por el
contenido del reverso, en el que hay varias cosas que llaman la atención.
Por
un lado, en el ángulo superior izquierdo aparece el escudo de España, adoptado
por la II República. El texto escrito lleva fecha de 15 de diciembre de 1931,
por lo que teniendo en cuenta que la proclamación de la República se efectuó el
14 de abril, es indudable que la postal fue editada entre abril y diciembre de
ese mismo año.
El
matasellos es de Borja, oficina postal de la que dependía el monasterio y es
curioso que se utilizara un sello con la efigie del monarca derrocado sin el
tampón con “República Española” que se utilizó para su empleo hasta que se
dispuso de los nuevos.
En
el texto escrito se da cuenta del fallecimiento del Hermano Antonio Auger S. J.
acaecido en el monasterio ese mismo día. Comienza con la frase “Muy amado en
Cristo R. P. Superior”, lo que puede parecer sorprendente ya que el
destinatario es “Sr. D. Jesús José Iglesias. C. Cataluña 1. Lérida”. Pero se
trata del P. Iglesias S. J. que había sido superior de la comunidad.
No
hemos podido identificar al firmante, cuyo apellido parece ser Plana, pero sí
al hermano fallecido, el cual había sido misionero en Filipinas, donde fue
detenido tras la derrota de las fuerzas españolas, sufriendo un duro cautiverio
en compañía de otros religiosos hasta que fueron repatriados.
Por
otra parte, hay que recordar que el 9 de diciembre de 1931 había sido promulgada
la nueva Constitución, en cuyo artículo 26 se establecía: “Quedan disueltas
aquellas órdenes religiosas que estatutariamente impongan, además de los tres
votos canónicos, otro especial de obediencia a autoridad distinta de la
legítima del Estado”, en clara referencia a la Compañía de Jesús cuyos
miembros, además de los tres votos habituales de pobreza, castidad y
obediencia, emiten otro de “obediencia al Sumo Pontífice”. En virtud del mismo,
el 23 de enero de 1932, el Presidente de la República D. Manuel Azaña, firmó el
decreto de disolución, fijándoles un plazo de diez días para “abandonar la vida
religiosa en común y someterse a la legislación”, lo que acarrearía la salida
de los jesuitas de Veruela.
Como
puede apreciarse, la importancia de estas postales que pacientemente vamos
reuniendo, radica tanto en las propias postales como en la información que
proporcionan las imágenes y los textos escritos.
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