Anda
empeñado estos días el Ayuntamiento de Magallón en lograr un justo
reconocimiento para la iglesia parroquial de San Lorenzo de esa localidad: Su
declaración como Bien de Interés Cultural, justa reclamación a la que el Centro
de Estudios Borjanos ha dado todo su apoyo y, en este sentido, nuestro Presidente
mantuvo una entrevista con el arquitecto municipal de Magallón.
Realmente,
resulta llamativo que un monumento de estas características no goce de ningún
tipo de protección reconocida. Porque no solamente se trata de uno de los
mejores ejemplos de las iglesias de planta de salón, sino que también ofrece la
singularidad de conservar el ábside del antiguo templo medieval, ahora
convertido en coro de la que fue construida en el siglo XVI.
Junto
con los aspectos arquitectónicos, destacan en ella un homogéneo conjunto de
retablos barrocos, con lienzos de Vicente Berdusán en algunos de ellos y, en la
sacristía, se conserva la tabla gótica de San Lorenzo que, probablemente, fue
la titular de la antigua iglesia.
No es
menor el interés de la capilla, edificada en el siglo XVIII, donde se venera la
hermosa imagen del Santo Cristo con la Cruz a cuestas, Patrón de la villa, bajo
un baldaquino, en cuyo dorado intervino un miembro de la familia Goya.
En el
exterior destaca la fábrica de sillares del antiguo templo y la torre
campanario, cuyos cuerpos inferiores formaron parte de uno de los dos castillos
que hubo en este cerro de la Molilla, otra de las singularidades de Magallón.
Cuando
por una Orden del 17 de abril de 2006, el Gobierno de Aragón declaró “Bien de
Interés Cultural” más de 500 castillos y elementos de arquitectura militar, se
incluyó entre ellos la torre de Magallón, aunque como “Conjunto de Interés
Cultural. Zona Arqueológica”. Dado que en esa localidad existen dos torres, la
de la iglesia (importantísimo resto del antiguo castillo) y un torreón
islámico, junto a los antiguos alfares, nos dirigimos entonces al Dirección
General correspondiente pidiendo aclaraciones sobre el elemento al que hacía
referencia dicha declaración, sin que obtuviéramos respuesta, por lo que la
duda subsiste.
No
obstante y por lo que respecta a la iglesia parroquial es el momento de
corregir esta anomalía cuando, por otra parte, es un monumento que ha sido
cuidadosamente restaurado en los últimos años.
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