Aunque
nuestra visita a Portugal tenía un fin específico y fue muy breve, pudimos
disfrutar un día de una ciudad tan hermosa como Lisboa, que se ha convertido en
un centro de atracción turística de singular importancia. Afortunadamente, nos
alejamos en la zona de la Expo 1998, lejos del centro histórico y en un
emplazamiento ideal.
Lisboa
ha sabido mantener vivo el recinto de la exposición universal que, con todos
sus pabellones en uso y sus bien cuidados jardines, es un lugar muy agradable
para pasear que, además, tiene numerosos restaurantes y establecimientos
comerciales y funciona hasta el teleférico.
Nuestra estancia en
Lisboa coincidió con los actos de clausura del Año Jubilar del Diamante que ha
conmemorado el LX aniversario del Aga Khan al frente la comunidad ismaelita,
una rama del chiismo a la que pertenecen más de 15 millones de personas de todo
el mundo.
La mayor parte de los
antiguos pabellones de la Expo habían sido reservados para este acontecimiento
que se desarrolló entre el 5 y el 11 de julio, sucediéndose conciertos con
artistas de renombre mundial; un
Showcase internacional de talentos de Jamati;
dos exposiciones; un festival de
cine; y una celebración general
Khushiali.
El
sábado 7 de julio, la organización del Festival Terras sem Sombra programó una
visita cultural a Sines y sus alrededores, en el transcurso de la cual pudimos
conocer la iglesia de Nossa Senhora das Salas, fundada por la princesa bizantina
Dª. Vataça Lascaris, probablemente nacida en Zaragoza, y que fue reconstruida
por el gran almirante portugués Vasco de Gama, cuyas armas aparecen en la fachada
del templo. El actual edificio es, por lo tanto, del siglo XVI y fue
recientemente restaurado, destacando en su interior el zócalo de azulejos del
siglo XVIII con escenas de la vida de la Virgen.
La visita
fue dirigida por el Director General del Festival y destacado arquitecto José
António Falcão que fue el responsable de la creación en su interior de un museo
con las piezas más relevantes de su tesoro, el cual formaba parte de un
conjunto de museos de similares características, instalados en diferentes
templos del Baixo Alentejo, en lo que constituyó un modelo expositivo de
singular interés.
Posteriormente,
nos trasladamos al fuerte del Pessegueiro, situado en una altra que domina la
playa del mismo nombre. Su origen se remonta a 1588 cuando Felipe II encargó su
construcción al ingeniero italiano Filipe Terzi, dado que pretendía crear en
dicho lugar un puerto que sirviera de resguardo a sus buques. Las obras fueron
constantemente obstaculizadas por ataques ingleses, por lo que fue necesario
construir otro pequeño fuerte en la isla situada frente a la costa.
El actual
castillo fue concluido ya tras la definitiva independencia de Portugal y responde
a la tipología de los fuertes abaluartados que, con su artillería, emplazada a
escasa altura, tuvo una misión defensiva frente a los corsarios berberiscos.
La jornada finalizó con
una comida en un restaurante cercano, en la que participaron todos los
galardonados con los premios, junto con los responsables del festival.
Culminábamos
así una grata estancia que, junto con la satisfacción por el premio otorgado a
la Fundación Santa María de Albarracín, nos ha permitido disfrutar de la
belleza de una ciudad como Lisboa y el encanto de Sines, así como de la hospitalidad
de la que siempre hacen gala nuestros amigos portugueses.
No hay comentarios:
Publicar un comentario