Una
pancarta daba la bienvenida a los visitantes que acudían al barrio del Carmen de
Borja, que ayer dio comienzo a sus fiestas, con un tiempo excelente y gran concurrencia
de público a los actos programados.
La
plaza, profusamente engalanada con banderolas blancas y azules, estaba
presidida por la imagen de la Virgen, sobre el barco en el que se le coloca
cada año. Algunas de las colgaduras de los balcones y ventanas lucían el
emblema de la orden carmelitana.
Como
novedad, la fachada de una de las casas de la plaza había sido decorada en esta
ocasión con motivos marineros, sobre los que después se colocó un faro con su
linterna iluminada.
También
por el cielo de la calle Tenerías navegaba un galeón, mientras que la fuente se
encontraba ya preparada para que, en la noche del lunes, brotara por uno de sus
caños el vino de nuestra tierra.
Perfecta
ambientación para unas fiestas que, sin ser patronales de la ciudad, han ido
adquiriendo gran importancia durante el mes de julio, algo parecido con lo que
sucede con las fiestas de San Bartolomé en agosto. Dos celebraciones,
originalmente propias de las respectivas cofradías y de los barrios
correspondientes que, sin embargo, han gozado de gran aceptación entre todos
los vecinos.
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