martes, 17 de julio de 2018

Los cabezudos alteraron el ritmo


         La salida de la comparsa de gigantes y especialmente la presencia de los cabezudos constituyen uno de los actos que despiertan mayor interés en cualquier celebración festiva. Ayer pudimos comprobarlo con motivo de las fiestas del Carmen.





         El paso de los cabezudos frente al Museo de la Colegiata alteró completamente el ritmo de los niños que participaban en el taller que se estaba celebrando allí, siendo preciso que los monitores se emplearan a fondo para evitar que se lanzaran contra ellos, destacando los más pequeños por su “valentía”.




         La verdad es que los cabezudos les provocaron e incluso “hicieron por ellos” armados con sus “porras”, pero contra lo que pudiera parecer a algunos, eso era lo que más les enardecía.




         Pero la supuesta violencia que algunos ven en este espectáculo, ha ido siempre acompañada de esa atracción de los pequeños hacia sus cabezudos y, entre las antiguas fotografías de nuestro archivo, hemos encontrado esta entrañable imagen de unos niños escrudiñando el interior de la Morica que, posiblemente, representa el momento en el que descubren la verdad de lo que allí se ocultaba.

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