viernes, 1 de marzo de 2019

Grabados de la Virgen de Misericordia y San Babil


         En la reordenación de los fondos de nuestro archivo que estamos efectuando estos días hemos encontrado esta lámina que reproduce un grabado de la “Virgen de Misericordia venerada en la Muela de Borja y S. Babil” que nunca habíamos publicado. Lamentablemente no podemos identificar la firma “V.F.G.Aº” que figura en él y que probablemente corresponderá a la del grabador.




El que sí dimos a conocer en el blog es este otro grabado que lleva la firma “Pedro Beratón” y que corresponde a un artista zaragozano llamado Pedro o José Beratón que estuvo activo a mediados del siglo XVIII y que suele confundirse con otro llamado José Beratón, también zaragozano y cuya relación entre ambos desconocemos, pero que era mucho mejor dibujante. El de nuestro grabado se especializó en estampas devocionales, torpemente diseñadas. En el caso que nos ocupa el paralelismo entre ambas es evidente, en cuanto a la composición, siendo mucho más elaborada la del que ahora presentamos que pudo ser de fecha anterior.



         Pero la representación de San Babil junto con la Virgen de Misericordia responde a unas circunstancias históricas que han ido quedando relegadas al olvido, a pesar de la importancia que, en el pasado tuvo en nuestra ciudad.
         Por un lado, la fiesta de San Babil fue siempre una celebración propia de mujeres que, muy recientemente fue desplazada por la de Santa Águeda. En Borja existió una cofradía que lo tuvo como titular y que terminó uniéndose a la de la Virgen de Misericordia, que había sido fundada en 1543, cuatro años antes de que la imagen comenzara a recibir culto en el Santuario.

         Allí San Babil dispuso de una capilla propia, presidida por esta imagen de bulto que reproducimos, obra del escultor Cristóbal Salesa. Por ese motivo, la fiesta del 24 de enero se celebraba en el Santuario, acudiendo a ella personas procedentes de muchos lugares que tenían al Santo como especial protector frente a diversas dolencias, lo que se reflejaba en los abundatísimos exvotos de cera que colgaban de las paredes de la capilla.




         Ya en el siglo XX la fiesta se celebraba en la colegiata de Santa María, donde existe esta imagen, obra del escultor Juan Pascual de Mena, procedente del desaparecido convento de agustinos descalzos. Siempre hubo dudas sobre la identidad del Santo representado, pero se decidió adjudicarla a San Babil, dotándole de báculo y revistiéndola con capa pluvial y con una mitra como tocado en el día de su fiesta. También proliferaron, en torno a ella, los exvotos que mandó retirar un párroco que ejerció su ministerio pastoral en Borja durante muchos años. Es probable que ello influyera para que el culto a San Babil fuera decayendo y ahora son muy pocos los que se acuerdan de este gran taumaturgo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario