En la
reordenación de los fondos de nuestro archivo que estamos efectuando estos días
hemos encontrado esta lámina que reproduce un grabado de la “Virgen de
Misericordia venerada en la Muela de Borja y S. Babil” que nunca habíamos
publicado. Lamentablemente no podemos identificar la firma “V.F.G.Aº” que
figura en él y que probablemente corresponderá a la del grabador.
El que sí dimos a
conocer en el blog es este otro grabado que lleva la firma “Pedro Beratón” y
que corresponde a un artista zaragozano llamado Pedro o José Beratón que estuvo
activo a mediados del siglo XVIII y que suele confundirse con otro llamado José
Beratón, también zaragozano y cuya relación entre ambos desconocemos, pero que
era mucho mejor dibujante. El de nuestro grabado se especializó en estampas
devocionales, torpemente diseñadas. En el caso que nos ocupa el paralelismo entre
ambas es evidente, en cuanto a la composición, siendo mucho más elaborada la
del que ahora presentamos que pudo ser de fecha anterior.
Pero
la representación de San Babil junto con la Virgen de Misericordia responde a
unas circunstancias históricas que han ido quedando relegadas al olvido, a
pesar de la importancia que, en el pasado tuvo en nuestra ciudad.
Por un
lado, la fiesta de San Babil fue siempre una celebración propia de mujeres que,
muy recientemente fue desplazada por la de Santa Águeda. En Borja existió una
cofradía que lo tuvo como titular y que terminó uniéndose a la de la Virgen de
Misericordia, que había sido fundada en 1543, cuatro años antes de que la
imagen comenzara a recibir culto en el Santuario.
Allí
San Babil dispuso de una capilla propia, presidida por esta imagen de bulto que
reproducimos, obra del escultor Cristóbal Salesa. Por ese motivo, la fiesta del
24 de enero se celebraba en el Santuario, acudiendo a ella personas procedentes
de muchos lugares que tenían al Santo como especial protector frente a diversas
dolencias, lo que se reflejaba en los abundatísimos exvotos de cera que
colgaban de las paredes de la capilla.
Ya en
el siglo XX la fiesta se celebraba en la colegiata de Santa María, donde existe
esta imagen, obra del escultor Juan Pascual de Mena, procedente del
desaparecido convento de agustinos descalzos. Siempre hubo dudas sobre la
identidad del Santo representado, pero se decidió adjudicarla a San Babil,
dotándole de báculo y revistiéndola con capa pluvial y con una mitra como
tocado en el día de su fiesta. También proliferaron, en torno a ella, los exvotos
que mandó retirar un párroco que ejerció su ministerio pastoral en Borja
durante muchos años. Es probable que ello influyera para que el culto a San
Babil fuera decayendo y ahora son muy pocos los que se acuerdan de este gran
taumaturgo.
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