lunes, 4 de marzo de 2019

La devoción a la Virgen del Niño Perdido en Borja


         Hace ahora un año, D. Albert Ventura Rius, párroco de Las Alquerías del Niño Perdido, un municipio de la provincia de Castellón, e investigador de la advocación mariana conocida con el título de “Virgen del Niño Perdido”, se puso en contacto con nosotros, interesándose por la posible existencia en Borja, en concreto en el antiguo convento de agustinos descalzos, de una imagen de esa Virgen, de cuyo culto la orden agustina fue impulsora. En aquellos momentos no teníamos noticia de ello, aunque sí comentamos el hecho de que fuera Patrona de Tabuenca, así como de la existencia de otra imagen en Talamantes.




         Inesperadamente, ahora, la imagen “perdida” de la Virgen del Niño Perdido ha aparecido en nuestra ciudad, al ser donada este gran escaparate o vitrina, en la que, con gran cariño, la había conservado la familia Araus que ha tenido la generosidad de donarla al convento de Santa Clara, en cuyo museo será expuesta.



         Se trata de una talla policromada de indudable calidad con la Virgen sosteniendo en sus brazos al Niño, ambos coronados y vestidos con túnica (no disponemos de fotografías de la imagen sin sus vestiduras). La Virgen lleva además toca y manto. Sus pies reposan sobre cabezas de angelotes entre nubes y bajo ella se dispuso una peana, también con cabezas de ángeles que, posiblemente, es de la misma época en la que fue realizado el escaparate o vitrina.




         En la parte inferior se encuentran las imágenes de San Agustín y San Vicente Ferrer, también de calidad. Su presencia obedece al hecho de que fue San Vicente quien, al fundar en Valencia un hospicio, lo puso bajo la advocación de la “Virgen de los Niños Perdidos”, donado una imagen de ella. Siglos más tarde, el hospicio dejó de cumplir su función y el edificio quedó anexionado al vecino convento de agustinos. Según la tradición, la orden decidió sortear la imagen entre sus conventos, recayendo en el que tenían en la localidad de Caudiel (Castellón), donde es objeto de especial veneración desde entonces, ya con el título de “Virgen del Niño Perdido”.



         A partir de ese momento, los agustinos difundieron su culto en muchos lugares. La Virgen es la Patrona de Caudiel, siendo venerada en su iglesia parroquial que era la del antiguo convento de agustinos. La imagen actual vino a sustituir a la primitiva, destruida, como tantos otros bienes eclesiásticos, en el transcurso de la Guerra Civil. Sin embargo, logró salvarse otra pequeña imagen, realizada en marfil que, según una tradición difícilmente sostenible, era la que llevaba San Vicente Ferrer en sus desplazamientos.






         La donación de la imagen a Santa Clara ha ido acompañada con una colección de mantos, dado que las vestiduras de la Virgen se cambiaban de acuerdo con los colores propios de cada tiempo del año litúrgico. También incluye otros elementos a los que aludiremos en un artículo posterior. Por todo ello, merece ser destacado el gesto de la familia donante que viene a enriquecer, de manera evidente, el Patrimonio Cultural de nuestra ciudad.

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