jueves, 29 de agosto de 2019

La evolución del Patrimonio arquitectónico de Luceni


         Luceni es una localidad de la actual comarca de la Ribera Alta del Ebro que, en el pasado, fue propiedad de los condes de Fuenclara, cuya influencia resultó decisiva para la configuración de su patrimonio artístico. Pero hay dos elementos que resultaron también de gran importancia para su desarrollo económico y que han dejado muestras de lo que se conoce como “Patrimonio industrial”: el Canal Imperial de Aragón y la Azucarera del Ebro.





         El monumento más importante del municipio es la iglesia parroquial de la Candelaria o de la Purificación de Nuestra Señora. Construida en el siglo XIII, aunque objeto de reformas posteriores, aún conserva los arcos diafragmas de su estructura original de su nave de cinco tramos, con cabecera plana. Estas son las imágenes más antiguas que tenemos de ella en nuestro archivo.




         La iglesia fue objeto de una completa rehabilitación, especialmente evidente en su torre, construida en 1897. De planta cuadrada y cuatro cuerpos, está rematada por un tejadillo a dos aguas, que fue realizado en 1912.





         La rehabilitación incluyó también todo el exterior del templo, pudiendo comprobarse su resultado comparando las primera de estas imágenes con las restantes.




         En 1998 se procedió a pintar el interior con el resultado que muestra esta fotografía, en la que destaca la curiosa decoración de sus arcos fajones.




         El elemento más destacado de su exorno artístico es el retablo mayor, una obra realizada en alabastro policromado, en la primera mitad del siglo XV, que los condes de Fuenclara tenían en el oratorio de su palacio y donaron a la iglesia parroquial. En estas fotografías se aprecia el estado inicial en el que se encontraba.




         Esta obra de gran interés fue sometida a una restauración, muy cuestionada por los especialistas, como se puso de manifiesto en un reciente congreso sobre el alabastro y sus usos, celebrado en Zaragoza.




         El palacio de los condes de Fuenclara es, en la actualidad, la sede de la corporación municipal, habiendo sufrido significativas modificaciones. La foto en color es el estado en el que lo conocidos, en la década de los años 70 del pasado siglo. Pero, comparándolo con la antigua postal en blanco y negro que reproducimos, ya se puede constatar que su fachada había perdido buena parte de su carácter, al haber sido eliminadas las pilastras que flanqueaban sus vanos, de los que también se había eliminado su molduración.




         Posteriormente, fue sometido a una nueva restauración y junto a su fachada se instaló un monumento al dance, obras del escultor Iván Gonzalo Pellejero.




         En su escalera, una placa de cerámica recuerda  a uno de los más ilustres hijos del municipio, D. Pedro Cebrián y Agustín, V conde de Fuenclara, que llegó a ser virrey de Nueva España y cuya biografía publicó el Centro de Estudios Borjanos.




         Precisamente, la presentación de esa obra tuvo lugar en las bodegas del palacio, una parte de las cuales había sido habilitada como sala de conferencias, mientras que en otra pudimos ver una muestra de piezas de interés etnológico.




         Como obra vinculada al Canal Imperial de Aragón, debemos mencionar el puente de la Canaleta, realizado en piedra de cantería para salvar el cauce, mediante un arco rebajado que tiene a sus lados otros más pequeños, los cuales permitían el paso de las personas y animales que transitaban por los llamados caminos de sirga. Menos conocido es el hecho de que el puente fue concebido también como acueducto, ya que , bajo su pavimento, discurría una acequia de riego.



         Otra obra de interés, relacionada con el canal es este edificio, contiguo al puente  que sirvió como almacén y posada en un punto clave del trazado de esa vía fluvial no sólo servía para el riego, sino también para la navegación.  De planta rectangular, tiene dos plantas en las que se abren grandes vanos rectangulares, con dintel de ladrillo. No sabemos si existen proyectos para su rehabilitación, a pesar de su interés.





         La azucarera de Luceni fue construida en 1912, constituyendo un enorme revulsivo económico para la zona hasta su definitivo cierre en 1984. Desde entonces, y al igual que ha ocurrido con el resto de estas instalaciones fabriles en el valle del Ebro, quedó abandonada. Su importancia, como ejemplo de la arquitectura industrial en ese período fue puesta de relieve por la Dra. Biel en un artículo publicado en Cuadernos de Estudios Borjanos y también ha sido objeto de atención en otras obras. Las dos últimas fotografías corresponden a la visita que, hace ya algunos años, efectuamos a la misma, constatando el futuro incierto de este conjunto fabril.





         Lo que sí fue objeto de atención, a través de varias actuaciones fue su capilla con las antiguas escuelas anexas. Rehabilitadas como Casa de Cultura, después se instaló en una de ellas la Escuela de Música “Garcés Elorri”.




         Ese conjunto de capilla y escuelas, construcción modernista con los muros resueltos con estuco y ladrillo visto en esquinas, jambas, alféizares y aleros. ya mereció ser incluido en el Inventario del Ministerio de Cultura de 1979 y también aparece en el SIPCA, de donde hemos tomado esta imagen del interior de la capilla que nunca habíamos llegado a ver.

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