Tauste y el Voto de San Miguel

         En 1421, los campos de Tauste eran asolados por una plaga de langostas. Los habitantes de la villa se encomendaron a San Miguel y, tras librarse de ella, emitieron un voto perpetuo de celebrar una fiesta el 8 de mayo de cada año, día en el que se conmemora la aparición del arcángel en el monte Gargano.

         Desde entonces, los habitantes de Tauste han venido renovando puntualmente su voto con gran solemnidad, en el transcurso de una ceremonia que el 30 de abril de este año fue declarada Fiesta de Interés Turístico por el Gobierno de Aragón y que tiene lugar en de ese bello templo que es la iglesia de San Miguel (ahora conocida también como de San Antón), del que se conserva el ábside y el primer tramo de la primitiva iglesia románica y en cuyo interior se venera la imagen del arcángel.

         

         Ayer visitaron el Centro de Estudios Borjanos el Vice-Presidente de la Asociación Cultural El Patiaz, D. Enrique Galé Casajús, y Dª. Carmina Gascón Tovar, miembro de la misma, para interesarse por las características de la recreación que sobre “La llegada de los Reyes Católicos” de viene celebrando en Borja, dado que, desde su asociación, se quiere impulsar una espectacular recreación, en torno a esa tradición.

         Un precedente fue la representación que tuvo lugar en 2011, en la iglesia de Santa María. Pero, en esta ocasión, se pretende que la recreación tenga continuidad, para que, al igual que ocurre en otros municipios, llegue a convertirse en uno de los actos más destacados del año y elemento singular de atracción turística hacia una localidad que cuenta con numerosos elementos de interés.

         Para ello se cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Tauste y se espera contar con la participación de diversos colectivos y personas pues, como puso de manifiesto nuestro Presidente, para que un evento de estas características se consolide es preciso que, además de contar con los necesarios apoyos oficiales, sea sumamente participativo, de manera que todos puedan asumirlo como propio y, en este sentido, el caso de Borja es muy ilustrativo.