Recientemente
tuvimos la oportunidad de visitar La Almunia de Doña Godina, una localidad
situada a 40 kilómetros de Borja que conserva un significativo conjunto de
edificios monumentales, entre los que destacan los que pertenecieron a la Orden
de San Juan de Jerusalén, de Rodas y de Malta de la que La Almunia fue cabecera
de una encomienda.
Junto
a la antigua casa conventual y los restos del antiguo hospital, que aparecen en
la primera fotografía, se encuentra también la iglesia de la Orden. En todos
ellos aparecen unas interesantes piezas heráldicas, algunas de las cuales han
merecido la atención de los especialistas.
Las
más antiguas son las que se encuentran sobre la puerta de la casa conventual de
las que, en un cartel informativo situado en la fachada, se ofrece una
sorprendente explicación.
Textualmente
se señala: “Sobre el arco apuntado, dos escudos encolados: uno es el símbolo de
San Juan Evangelista, el águila, y el otro una cruz blanca”. Se da la
circunstancia de que esa cruz recta de plata sobre campo de gules ha sido
utilizada por la Orden a lo largo de toda su historia. Es la que, en la
actualidad, figura en lo que se llama “bandera de Estado” y suele aparecer en
las armas de los Grandes Maestres. La confusión con la cruz de ocho puntas de
plata sobre campo de gules llega al extremo de que, en un municipio cercano, se
sustituyó recientemente la bandera con la cruz recta que aparecía en sus armas
tradicionales por otra con la de ocho puntas, para resaltar “su relación con la
Orden de Malta” de la que, también, había sido cabecera de encomienda.
Respecto
al águila, esta pieza nunca ha sido utilizada en la heráldica de la Orden,
aunque sí aparece en las armas de determinados caballeros e, incluso, de
algunos de sus Grandes Maestres. Nuestros limitados conocimientos en esta
materia nos impiden precisar a quién pudiera corresponder, aunque es lógico
suponer que fuera un personaje destacado relacionado con la época de
construcción del edificio.
En
esa misma fachada aparecen estos dos escudos de los que en la cartela antes
citada se afirma: “los otros dos son posteriores, corresponden sin duda a
miembros de la Orden”. En esto aciertan plenamente ya que el que aparece a la
izquierda de la fotografía es el del Gran Maestre Jean Parisot de La Valette.
Jean
de Valette, apodado Parisot había nacido en Quercy (Francia) en torno a 1494.
Tras una brillante carrera naval fue elegido Gran Maestre en 1557. Ha pasado a
la Historia por ser el artífice de la victoria durante el Gran Sitio de Malta
por los turcos, en 1565. Fue el constructor de la capital de la isla, La
Valetta, a la que se dio su nombre. Murió en 1568. Por lo tanto, durante el
periodo en el que estuvo al frente de la Orden (1557-1568) hay que situar las
obras de reforma realizadas en la casa de La Almunia.
El otro escudo plantea
más problemas. En principio parece el de un comendador pues lleva en jefe la
cruz recta de la Orden, como es habitual. Pero, las otras piezas son curiosas,
un rastrillo de sable y un muro de oro. Hace dos años, en un blog de heráldica
(http://heraldicacatalana.blogspot.com.es)
se decantaban por atribuirlas a doña Ana Francisca Abarca de Bolea y de Mur, de
la que afirmaban que había sido abadesa de Sigena, un monasterio femenino
perteneciente a la Orden de Malta.
Al margen de otras
cuestiones, entre ellas la remota posibilidad de que una abadesa adoptase en
sus armas la cruz propia de los comendadores, se da la circunstancia de que
doña Francisca nació en 1602 y falleció en el monasterio de Casbas, donde había
profesado y del que fue abadesa, en 1685. Este monasterio era cisterciense, por
lo que la citada señora no tuvo ninguna relación con la Orden de Malta. Por
otra parte, no fue coetánea del Gran Maestre La Valette, por lo que es
razonable suponer que las armas objeto de este comentario corresponden a un
comendador de La Almunia, en el periodo comprendido entre 1557 y 1568. Si el
rastrillo es el mueble propio de los Bolea, el citado comendador pudo
pertenecer a esa familia.
También
son muy interesantes las armas que aparecen sobre la entrada de la antigua
iglesia. En el centro se encuentra la cruz de ocho puntas (plata sobre gules)
que la Orden de Malta situaba en sus templos y, en la actualidad, es el
distintivo de sus obras asistenciales.
El
escudo de la izquierda es el del Gran Maestre Frey Ramón Perellós Rocafull, uno
de los españoles que alcanzaron esa dignidad. Había nacido en Valencia en 1637
y fue elegido Gran Maestre en 1697, falleciendo en Malta en 1720. Por lo tanto,
el periodo comprendido entre 1697 y 1720 es el que no sirve para datar el
edificio.
Los
Perelló de Valencia usaban por armas tres peras de sable sobre campo de oro que
son las que aparecen en el escudo de este retrato del Gran Maestre, el mismo
que aparece en La Almunia.
El
otro escudo corresponde a un caballero de la Orden ya que lleva la cruz de
Malta acolada, como es habitual entre sus miembros. Sin embargo, está timbrado
con corona de características similares a las del Gran Maestre, algo llamativo
salvo que se tratara de nobleza titulada.
Estas
reflexiones, desde la óptica de un profano en estas materias, viene a resaltar
la importancia que la Heráldica tiene en los estudios históricos y artísticos y
la necesidad de contar con especialistas en esta materia. Puede resultar sorprendente
que no dispongamos, por ejemplo, de trabajos minuciosos sobre los armoriales de
los abades de los más señalados monasterios aragoneses o, para el caso concreto
que nos ocupa, sobre los comendadores de las encomiendas de la Orden de Malta,
a pesar de que se conservan numerosos escudos de armas de los mismos.
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