Esta
semana ha visitado el Centro de Estudios Borjanos D. César Bona García, del que
recientemente nos ocupamos en este blog, al tratar de su obra El cuarto hocico. En esta ocasión, nos
hizo entrega de la película La
importancia de llamarse Applewhite, rodada en 2009, durante su etapa como maestro
en la Escuela Unitaria de Bureta.
La
película, concebida como un homenaje al cine mudo, fue rodada en el palacio de
Bureta y protagonizada por los niños de la escuela que, en aquellos momentos,
tenían entre 4 y 12 años. Fue galardonada con el Premio CreArte del Ministerio
de Cultura con todo merecimiento ya que se trata de una obra excepcional desde
muchos puntos de vista. La interpretación, la ambientación y, especialmente, un
montaje de gran calidad resultarán sorprendentes para todos los que no la
conocen. Pero quizás lo más interesante es el proyecto docente que la motivó y
la constatación de que, al margen de los medios disponibles, es posible llevar
a cabo un trabajo de calidad cuando existe ilusión e imaginación.
En
la visita, se planteó la posibilidad de efectuar una presentación de estos
trabajos en la Casa de Aguilar, así como sobre la puesta en marcha de alguna
iniciativa innovadora en nuestra ciudad.
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