Hay
pequeños detalles que, en gran medida, constituyen elementos simbólicos en el
ornato de nuestras calles y, en cierta manera, se habían convertido en señas de
identidad ciudadana. Este es el caso de las parras que crecían en Barrio Verde
y en otros lugares de Borja. Pero, uno de los más curiosos, era sin duda este
rosal que salía por una pequeña ventana de un antiguo edificio de la calle
Tejadas, cuya floración constituía todo un espectáculo.
La
casa fue recientemente adquirida por una persona llegada de otro continente y
una de sus primeras actuaciones ha sido cortar el famoso rosal. El ventano por
el que salía, desde el interior, el tronco ha sido obturado en la forma que se
aprecia en esta imagen.
Nos
hemos quedado sin este símbolo local pero, al mismo tiempo, se han modificado
los vanos de la fachada, dotándolos de unas persianas blancas que, de acuerdo
con la normativa vigente no son las adecuadas. Sabemos que el M. I.
Ayuntamiento es conocedor del asunto y los responsables de supervisión urbanística
impidieron que se modificara la hermosa portada, tras comprobar que las obras
carecían de la preceptiva licencia. Hay que destacar esta actuación, aunque no
haya servido para salvar al rosal.
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