Ayer
visitó la Casa de Aguilar Dª María Pilar Lajusticia Laborda para hacernos
entrega de dos interesantes documentos relacionados con su abuelo D. Martín
Lajusticia Arilla y de su padre D. Pantaleón Lajusticia Sartaguda, dos borjanos
que comparten la singular circunstancia de haber sido recompensados con la más
alta condecoración al valor militar, la Cruz Laureada de San Fernando; el
primero de ellos, con carácter individual y, el segundo con carácter colectivo.
Es muy poco frecuente, por no decir extremadamente raro, que en una misma
familia se dé este hecho.
El
primero de los documentos corresponde a la Licencia Absoluta de D. Martín
Lajusticia Arilla, al dorso de la cual se hacen constar los servicios
prestados, desde que ingresó en caja el 12 de septiembre de 1896, hasta finales
de 1899. Además de reseñarse las acciones de guerra en las que se vio envuelto,
se hace mención expresa de la concesión de la Cruz Roja del Mérito Militar por
su actuación en la toma del pueblo de Toledo y Consolación (Filipinas) y,
posteriormente, la Cruz Roja de Plata del Mérito Militar, con una pensión
vitalicia de 7,50 pta por la misma actuación. No figura, en cambio, la concesión
de la Laureada, ya que se le otorgó en fecha posterior.
D. Martín Lajusticia Arilla |
D.
Martín Lajusticia Arilla nació en Borja el 10 de febrero de 1877. Era hijo de
Modesto Lajusticia, natural de esta ciudad y de Ramona Arilla, de Monteagudo.
Con 19 años fue llamado a filas y, poco después, embarcó en el vapor Alfonso XIII, en el puerto de Barcelona,
formando parte del Batallón Expedicionario nº 2, destinado a Filipinas, a donde
llegó el 3 de diciembre de 1896.
Dos
días después recibió su bautismo de fuego, en la provincia de Tayabas. El 8 de
octubre de 1897, pasó a Baler (la localidad del famoso fuerte), a bordo del
crucero Cebú. El 18 de febrero de
1898 regresó a Manila, siendo destinado al Batallón de Guías Rurales con el
que, a bordo del vapor Churruca, fue
transportado a la isla de Cebú.
Fue
el 21 de abril de 1898 cuando protagonizó la hazaña que le haría acreedor a la
más alta distinción militar española. Ese día, las tropas españolas atacaron la
localidad de Toledo y Consolación, en las islas Bisayas. Martín Lajusticia fue
el primero en entablar combate a la bayoneta, resultado herido muy pronto. A
pesar de ello, en lucha cuerpo a cuerpo con el jefe de la partida insurrecta y
otros tres enemigos, dio muerte a dos de ellos, poniendo en fuga a los
restantes y capturando su armamento. Ya hemos citado, las condecoraciones que
se le otorgaron, en primer lugar, hasta que el 31 de octubre de 1902, tras la
instrucción de preceptivo juicio contradictorio se le concedió la Cruz de San
Fernando de 2ª clase (que ahora conocemos como Laureada). Al mismo tiempo se le
otorgó una pensión de 400 pesetas, transmisible a sus herederos y el
tratamiento de “Don”, como aparece en el Título de concesión, firmado por
Alfonso XIII el 2 de septiembre de 1903, en Jaca, donde se encontraba en esos
momentos el monarca.
D. Feliciano Rivas Foncillas |
La
noticia de la concesión apareció publicada en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra el 31 de octubre de
1903, siéndole comunicada al Ayuntamiento de Borja el 7 de noviembre, por medio
de un escrito remitido por la Capitanía General de Aragón. Es entonces, cuando
el Alcalde D. Feliciano Rivas Foncillas asumió el tema con un interés especial.
En primer lugar, lo llevó al pleno de la corporación municipal celebrado el 8
de noviembre, en el que se adoptó el acuerdo de nombrar al ilustre soldado “Hijo
Predilecto de la ciudad”. Asimismo, se decidió regalarle la preciada
condecoración e imponérsela en sesión pública a celebrar el 8 de diciembre, por
el propio Alcalde.
Lo
que ocurre es que la Laureada la tiene que imponer una autoridad militar, en el
transcurso de un solemne acto castrense, pero D. Feliciano insistió ante el
Capitán General hasta que logró la necesaria delegación, de forma que el día de
la Inmaculada, D. Martín Lajusticia entró en el Salón de Reyes, precedido por
los maceros y dos concejales, siendo presentado al alcalde.
D.
Feliciano pronunció las siguientes palabras: “Cumpliendo el encargo, por delegación del Excmo. Sr. Capitán General
de Aragón, tengo la mayor satisfacción de entregaros las insignias que el
Ayuntamiento, en nombre de la ciudad, os regala de la recompensa que S. M. el
Rey (q. D. g.) os ha otorgado por noble y heroico comportamiento que habéis tenido
como buen soldado español. La Patria te premia y el alcalde de tu ciudad, en
nombre de toda ella, te felicita y declara Hijo Predilecto de Borja. ¡Viva el
Rey! ¡Viva el Ejército! ¡Vivan los héroes de Aragón!”.
Al
finalizar el acto, el ayuntamiento en corporación se trasladó a la iglesia de
la Concepción para asistir a la fiesta de la Inmaculada, cumpliendo el voto
solemne emitido en 1650. A la derecha del Alcalde iba el héroe que, durante la
Misa, ocupó un lugar preferente.
Martín
Lajusticia contrajo matrimonio en Borja, con Dª Lorenza Sartaguda Nogués, y
tuvo varios hijos. Sin embargo, falleció muy joven, el 9 de diciembre de 1909,
siendo enterrado en el cementerio de nuestra ciudad, en una fosa sobre la que
se alza una cruz en la que se hace constar su condición de Caballero Laureado.
El
otro documento que nos han donado es la notificación efectuada por el Coronel
del Regimiento de Infantería nº 17, de guarnición en Zaragoza, a D. Pantaleón
Lajusticia Sartaguda, soldado que fue de la 3ª Compañía del 6º Batallón del
citado Regimiento, de haberle sido concedida la Cruz Laureada de San Fernando
Colectiva.
D. Pantaleón Lajusticia Sartaguda |
D.
Pantaleón Lajusticia había nacido en Borja el 25 de julio de 1909, siendo
llamado a filas al comienzo de la Guerra Civil, integrándose en el citado
Regimiento, con el que participó en la defensa de Belchite, del 24 de agosto al
6 de septiembre de 1937, siendo hecho prisionero y padeciendo un penoso
cautiverio en Valencia, hasta la finalización de la contienda.
El
heroico comportamiento de los batallones 4º y 6º de ese regimiento, creado en
1711 y conocido por el mote de “El formidable”, les hizo acreedores a la Cruz
Laureada, con carácter colectivo, que les fue concedida por Orden de 27 de
enero de 1943. Cuando se le notificó esta circunstancia, D. Pantaleón residía
en Tauste, localidad en la que había contraído matrimonio. Falleció en Zaragoza
el 27 de agosto de 1975.
Hasta
aquí la historia de estos dos destacados soldados de Borja, a los que queremos
unir el recuerdo de otro Laureado, el General D. Ricardo Álvarez de Espejo y
Castejón, cuyos restos reposan en el cementerio de nuestra ciudad, muy cerca de
los de D. Martín Lajusticia, al mismo tiempo que agradecemos a su descendiente,
Dª María Pilar Lajusticia Laborda, la entrega a nuestro archivo de estos
preciados documentos familiares.
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