viernes, 20 de marzo de 2020

Cuando España contribuyó eficazmente a la lucha contra la viruela


         No fue ayer un día especialmente propicio para escribir artículos con destino a este blog, pero sobreponiéndonos a las adversidades del momento hemos hecho lo posible por continuar con nuestra labor y uno de los temas que vamos a abordar es el relacionado con una gran empresa propiciada por la Corona de España: la expedición Balmis.





         Estos días, con motivo de la pandemia que estamos sufriendo, hemos visto a la UME y otras unidades militares desplegadas en muchas ciudades españolas, en el marco de una operación a la que se ha dado el nombre de “Balmis”.

         Los medios de comunicación ya han comentado la razón por la que fue bautizada así, pero queremos recalcarlo, dado que se trata de una de las mayores contribuciones españolas a la lucha contra la viruela, enfermedad que causaba estragos en todo el mundo y también en nuestra comarca, donde hemos documentado varios brotes epidémicos.



         En uno de los últimos números publicados del Boletín Informativo del Centro, el 131-132 de 2011, el historiador D. David Ferrer Gómez publicó un artículo, titulado “Borja, pionera en la vacunación contra la viruela”, ya que, en septiembre de 1801, el cirujano borjano Antonio Mendiri llevó a cabo la inoculación del suero descubierto por Edward Jenner en mayo de 1796. Fue aplicado a más de 200 personas de ambos sexos y diferentes edades con rotundo éxito, de lo que hizo eco la Gazeta de Madrid, destacando esa actuación pionera. Poco después, en los primeros meses de 1802, el cirujano de Agón Vicente Ximénez del Río lo utilizo con 170 personas de esa localidad. Hay que tener en cuenta que se trataba de un procedimiento innovador que no siempre era bien aceptado por las gentes, temerosas de que pudiera ocasionarle perjuicios.



         Fue en ese marco cuando el cirujano Francisco Javier Balmis Berenguer logró convencer al rey Carlos IV para organizar una expedición con el fin de llevar el suero hasta los dominios españoles en América. El monarca, que había visto morir a una de sus hijas a causa de la viruela, se mostró receptivo a la idea y, de esta forma, se pudo organizar la que puede ser denominada la primera misión humanitaria en el mundo, cuyo mando se encomendó al propio Balmis, tras algunas vacilaciones iniciales.




         La expedición, a bordo de la fragata María Pita, zarpó del puerto de La Coruña el 30 de noviembre de 1803. Llevaba a bordo a 21 niños procedentes de orfanatos de esa ciudad, de Madrid y Santiago de Compostela, gracias a los cuales se pudo mantener “viva” la vacuna durante la travesía.      
         Gracias a esta iniciativa se difundió por toda América, durante los tres años siguientes, utilizando otros dos buques, uno de ellos para transportarla a las Filipinas y otra para el regreso a España de Balmis que tuvo lugar en 1806.
         Es preciso resaltar que, aunque no era ese su objetivo, Balmis la llevó también desde Manila a China, por Macao y Cantón, contribuyendo de esa forma a paliar los  estragos que la viruela ocasionaba en ese país. Justo es recordar ahora, esta aportación española a la Sanidad china.
         Pero, dada la importancia de esta expedición y a algunas imprecisiones difundidas en torno a ella, a través de novelas y películas, esperamos poder dedicarle mayor atención en una próxima ocasión.

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