domingo, 15 de marzo de 2020

Suspendidas las Misas en Borja



         Ayer por la tarde, desde las torres de la colegiata de Santa María fue difundido reiteradamente un comunicado de la parroquia en el que se anunciaba una decisión inédita hasta ahora: La suspensión de todas las Eucaristías que se celebran en nuestra ciudad, desde hoy domingo, hasta nueva orden. La medida venía acompañada del cierre de todos los templos.
         La decisión adoptada por el obispado, atendiendo a las recomendaciones de las autoridades sanitarias, es la primera vez que se adopta en toda la historia.
         Epidemias, como hemos comentado, ha habido muchas pero nunca se habían clausurado los templos, aunque sí se restringieron los funerales e, incluso, el culto en Santa María hubo que trasladarlo en una ocasión a Santo Domingo. Pero ello obedeció a la insalubridad provocada por los numerosos enterramientos que se efectuaban en su interior, debido a que entonces no existía cementerio.
         En la última epidemia de cólera, se prohibieron los velatorios que se realizaban en los domicilios de los difuntos, cuyos cuerpos eran trasladados a una dependencia habilitada en el hospital Sancti Spiritus, donde eran vigilados por un funcionario municipal, sin que pudieran estar presentes los familiares.
         El cierre de las iglesias, motivado por razones suficientes dada la gravedad de esta crisis, no debe hacer olvidar a los creyentes la necesidad de elevar sus preces al Señor, con el fin de que no de otra situación inédita, la de ser la primera epidemia de la historia en la que no se tenga presente a Dios. Para muchos, esto puede parecer innecesario, dado que “los tiempos son diferentes”, pero otros siguen considerándolo un refugio seguro en tiempos de calamidad.

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