Entre las imágenes que nos trajo
Guillermo Carranza de su visita por el norte peninsular destacan las del Museo
de los Molinos de Mazonovo, considerado con razón el mayor museo de molinos de
España.
Fruto de la iniciativa de una ejemplar familia, consta de 19 molinos en lo que constituye una excepcional muestra de ese Patrimonio Industrial que, en tantos lugares, está en riesgo de desaparecer.
Situado en el municipio asturiano de Taramundi, a orillas de
los ríos Turía y Cabreira, en un paraje de extraordinaria belleza, permite ver
alguno de los molinos en funcionamiento y, al mismo tiempo, conocer la
evolución de los mismos desde la Prehistoria hasta el siglo XX, recreando otros
de diferentes lugares.
Los niños tienen un espacio dedicado a
ellos en el que pueden experimentar con el funcionamiento de antiguos molinos
manuales.
Para los mayores, el recorrido cuenta
con paneles explicativos en los que se explica el origen de cada molino y su
funcionamiento.
Molinos cuyos orígenes se remontan a épocas
remotas, los cuales solemos encontrar en las excavaciones arqueológicas tienen
su representación en el museo, para continuar con diversos ejemplos más
recientes.
Ese el caso de los molinos de rueda
vertical gravitatoria o el de los molinos rotativos de palanca, con tracción
animal o humana.
Muy curiosa la información que se ofrece
de molinos de otras regiones, como el utilizado en China para moler el arroz, o
el brasileño impulsado por agua, denominado “Monjolo”.
Pero, junto a la información que
ofrece, es preciso destacar la belleza del lugar en el que se encuentra el
museo.
Por esas y otras razones, aconsejamos
la visita a este singular museo que permite conocer la evolución de los molinos
desde la más remota historia hasta nuestros días, cuando se introdujo ya la
corriente eléctrica para mover sus muelas de las que, por cierto, también se
ofrecen diversos ejemplos.
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