A través de la necrológica que, con la firma de Luis Miguel Artero, publicó ayer Heraldo de Aragón, hemos tenido noticia del fallecimiento en Calatayud de D. Nicolás Sebastián Horno, nacido en Calcena el 11 de mayo de 1942.
Ordenado sacerdote
en Tarazona el 22 de diciembre de 1966, desempeñó su ministerio pastoral en
Ricla, donde llevó a cabo una gran labor que era objeto de especial atención en
la necrológica citada.
En 1992, tras 25
años en Ricla, fue destinado a Sabiñán, donde estuvo 30 años, hasta su
jubilación, atendiendo también a las parroquias de Paracuellos de la Ribera y
Embid de la Ribera.
Dotado de un
gran interés por los aspectos culturales, recordamos su intervención en la
primera de las Jornadas sobre Patrimonio Cultural de la Iglesia que tuvo lugar
en la Casa de Aguilar de Borja, bajo el impulso de D. Miguel Antonio Franco Garza,
entonces Delegado Diocesano de Patrimonio.
Su amor por su
localidad natal le llevó a publicar la obra Villa de Calcena. La cara oculta
del Moncayo. Antiguo señorío de la mitra de Tarazona, una excelente historia
de bellísimo municipio que, además, está muy bien escrita.
Fue,
precisamente, en Calcena, donde pudimos saludarlo por última vez, con ocasión
de las fiestas patronales, a las que no faltaba, pues a pesar de estar jubilado
seguía siendo administrador de la parroquia de su localidad natal.
Descanse en paz
este sacerdote que supo granjearse el afecto de quienes le conocieron y que,
tras su aspecto recio, encerraba una gran sensibilidad hacia el Patrimonio y una
exquisita Cultura, de la que dejó buena muestra en la obra citada, entre otros
trabajos.
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