En su edición de ayer, Heraldo de Aragón publicó la carta que le había sido remitida por nuestro Presidente, en relación con la omisión del cardenal Casanova en la relación de purpurados aragoneses a la que hacía referencia Don Juan Antonio Gracia en un artículo aparecido en el mismo medio de comunicación el pasado día 9.
La carta reproduce fielmente la remitida por el Presidente del Centro, salvo un pequeño matiz. Donde figuraba “fue creado cardenal en 1925”, en el texto publicado aparece “fue nombrado cardenal en 1925”. No debió gustarle el verbo crear al redactor encargado de su tratamiento.
Sin embargo, el Diccionario de la Real Academia Española, como cuarta acepción de esa palabra señala “Hacer, por elección o nombramiento, a alguien lo que antes no era. U. especialmente referido a dignidades muy elevadas, por lo común eclesiásticas y vitalicias”, poniendo como ejemplo Será creado cardenal.
Al margen de este detalle, agradecemos la publicación de la carta que sólo pretendía suplir una omisión que no fue la única, pues ayer se señalaba también la de otro cardenal aragonés, D. Urbano Navarrete, nacido en Camarena de la Sierra (Teruel).
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