Tras las celebraciones navideñas, el ciclo festivo religioso se inicia en Borja, al igual que en otros muchos lugares, con la celebración de la fiesta de San Antón Abad que aquí cobra especial relevancia por la existencia de una cofradía, de la que es titular, fundada en 1658.
Integrada históricamente por labradores acomodados fue, como otras similares fundadas en el siglo XVII, una asociación gremial que llegó a contar con un pósito o almacén de trigo y un Monte de Piedad para atender las necesidades de sus miembros. Especial atención se dedicaba, como era habitual, a las exequias de los cofrades que eran enterrados en la cisterna de su propiedad ubicada en la colegiata de Santa María donde tenía su sede.
Recientemente, se ha descubierto que a esta cofradía de San Antón se unió la más antigua de la Sangre de Cristo que, como ha demostrado Alberto Aguilera, tenía capilla propia el claustro de la colegiata. Era, precisamente, la actual capilla del Cristo de la parroquia.
La cofradía de San Antón participa en la Semana santa borjana llevando el paso de Jesús con la Cruz a cuestas en la procesión del Jueves Santo y el paso del Descendimiento en el Entierro de Cristo. En esas ocasiones, sus cofrades visten hábito negro con capirote y vivos morados.
La fiesta de San Antón que se celebra en el día de hoy 17 de enero, está vinculada tradicionalmente a la bendición de los animales de labor que, más tarde, se extendió a los de compañía. Con este motivo se reparte pan dulce bendecido que, antiguamente, se administraba a los animales en sus establos. Otro costumbre muy difundida es la del sorteo de un cerdo, animal con el que suele ser representado. En algunos lugares el cerdo circulaba libre por las calles, siendo alimentado por los vecinos hasta su rifa. En Borja, la tradición del sorteo se ha mantenido, aunque afortunadamente el cerdo no recorre los espacios públicos, por lo que la mayor o menor limpieza de los mismos no puede ser achacada a este motivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario