miércoles, 17 de diciembre de 2014

Parras en nuestras calles


            El Diccionario de la Real Academia Española define la voz “parra” como una vid levantada artificialmente y que extiende mucho sus vástagos. Pues bien, en el pasado las parras eran habituales en nuestras calles. Muchas personas las plantaban junto a las puertas y crecían a lo largo de las fachadas.
            Publicamos hoy algunos testimonios gráficos de esta costumbre. Sin duda, uno de los más llamativos corresponde a la imagen superior. Se trata de la calleja de Magallones, fácilmente identificable porque al fondo se ve el piso superior del colegio de Santa Ana. No sólo llama la atención la densa población de parras sino el estado del pavimento en aquellas fechas.




            Esta otra, de la plaza de San Francisco, ofrece algunos aspectos interesantes. Además de ver a los animales de labor abrevando en la fuente que, antiguamente, se llamó brollador de San Francisco, la casa de la parra corresponde al mesón diseñado por el arquitecto Agustín Sanz, a finales del siglo XVIII, que nunca llegó a terminarse. En el momento de la fotografía todavía constituía una unidad y, por lo tanto, permite apreciar las dimensiones que hubiera tenido el citado mesón.



            En esta última se ve una parra en la calle de San Francisco, así como un carro “aparcado” en ella pues aunque todos disponían de cocheras para guardarlos, no era infrecuente su estacionamiento en la vía pública.
            Según se afirma, las parras desaparecieron a raíz de una tasa municipal que gravaba con una pequeña cantidad a sus propietarios, los cuales para evitarla decidieron masivamente arrancarlas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario