Con
motivo de los actos organizados durante la pasada recreación de la “Mora
encantada” de Bulbuente, pudo visitarse uno de los pasadizos que, en esa
localidad, reciben el nombre de “gallizos” y cuya existencia era prácticamente
desconocida, dado que son de propiedad particular y están cerrados.
La
palabra puede guardar relación con “callizo”, pues discurren en superficie y
ponen en comunicación a determinadas viviendas. Se trata de una solución de
indudable interés que no ha sido estudiada.
Distinto
es el caso de los llamados “caños” de Borja que son conducciones subterráneas
que discurren por el subsuelo de la ciudad y que servían para recoger las aguas
pluviales y las procedentes de la capa freática, conduciéndolas hasta el río
Sorbán. A semejanza de lo que se ha llevado a cabo en Bulbuente, merecería la
pena acondicionar alguno de los tramos conservados y hacerlo visitable, pues estamos
seguros de que el recorrido despertaría un gran interés.
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