En el
marco de las Jornadas Culturales “Abril 2019” que ha organizado el Ayuntamiento
de Albeta, fue organizado en el Centro de Interpretación del valle del Huecha
un taller sobre “El mundo de las abejas”, del que nos ha enviado amplia información
y las imágenes que reproducimos Dª. Eva Frago Corao.
En la actividad colaboraron los apicultores de la
comarca. En concreto, “Apiambel y mieles del Cierzo”, de Ambel; “Miel Flor del
Moncayo” de Bulbuente; “Miel del Tío Juan Cruz” de Fuendejalón; y “Apihuecha” de
Borja, todos ellos elaboradores de excelentes productos.
También
colaboró el Museo de Ciencias Naturales de la Universidad de Zaragoza, con un
bonito libro en el que aparecían fotografías de fósiles de insectos y, además, con
imágenes coloreadas de dinosaurios.
En la
pequeña muestra instalada al efecto se podía contemplar dos colmenas o vasos
antiguos, uno de cañas y otro de corcho natural, cosido con fibras vegetales.
También había dos colmenas actuales también llamadas núcleos, una con capacidad
para 5 bastidores o cuadros y otra con capacidad para 10, así como diferentes
tipos de núcleos de fecundación de reina y los útiles utilizados para la
recolección de la miel.
El objetivo principal del
taller era el dar a conocer en qué consiste el oficio de apicultor, cómo se
realizaba años atrás y cuál es su presente. Poder ver y tocar los utensilios
que se utilizan y los diferentes productos que se obtienen.
A través de unas
láminas pudieron efectuar un recorrido por el pasado de la relación de los
hombres con las abejas; conocer algunas curiosidades de los insectos
fosilizados; o ver las diferencias entre los actuales trajes de protección y
los utilizados en la antigüedad.
Después
los niños se involucraron activamente en la realización de manualidades
relacionadas con este fascinante mundo de la apicultura que hunde sus raíces en
la Historia y que sigue constituyendo una parte importante de nuestro
patrimonio, aunque sometido a numerosos problemas.
Una
jornada en la que los niños disfrutaron
mucho y en la que no faltó la tradicional búsqueda del “toro de Albeta”, en la
que muchos se han convertido ya en auténticos expertos.
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