El
incendio de la catedral de Notre Dame de París ha tenido una enorme
repercusión, no sólo en Francia sino en todo el mundo. La imagen de sus
techumbres quemadas y las graves pérdidas ocasionadas han conmocionado a todos
por la magnitud de la tragedia, aunque por el momento se desconoce el alcance
exacto de los daños y los elementos patrimoniales que se han visto afectados.
Uno de
los símbolos destruidos es la flecha o aguja que la coronaba, obra de Viollet
le Duc, rematada por un gallo con reliquias que, sin embargo, ha podido ser
rescatado de las cenizas.
Aunque
son pocas las fotografías difundidas del interior de la catedral, en una de
ellas se puede ver el estado en que quedó la nave central, con parte de las
bóvedas derrumbadas, imagen que contrasta con la que la que tomamos hace dos
meses.
Tampoco
sabemos con exactitud en qué manera el fuego ha afectado al exorno artístico
del templo. Por lo pronto, en otra de las fotos difundidas puede verse que se
ha salvado la Piedad existente en el presbiterio, obra de Nicolas Coustou,
flanqueada por las imágenes orantes de Luis XIII, a la derecha, y de Luis XIV,
a la izquierda. A primera vista puede parecer que la de Luis XIII hubiera
quedado decapitada, pero creemos que se trata de un efecto óptico pues su
cabeza la tapa la Cruz situada delante.
También
se ha salvado la imagen de la Virgen emplazada en el transepto a pesar de ser
una de las zonas más afectadas por los derrumbamientos.
Según
las informaciones difundidas, se está procediendo a la evaluación del estado en
el que han quedado las bóvedas, indudablemente afectadas por el calor, dado que
la seguridad de las mismas es lo que preocupa en estos instantes, por lo que
habrá que apuntalarlas. No conocemos el alcance de los daños ocasionados en el
coro ni los daños sufridos por los vitrales.
Lo que
sí se ha sabido es que la Corona de Espinas, una de las reliquias más
preciadas de la Cristiandad fue salvada por la heroica actuación del capellán
de los bomberos de París, a la que hacemos alusión en otro artículo, así como
la túnica de San Luis que se exponía a la entrada del Tesoro de la catedral.
Ello
nos hace suponer que también se habrán salvado otras piezas del citado Tesoro
(nombre que se da al Museo de la catedral), entre las que se encontraban
algunos cálices y copones de procedencia española y el relicario exterior de la
Corona de Espinas.
Ayer
tuvimos que atender a varios medios de comunicación que mostraban especial
interés por conocer qué había ocurrido con la pequeña imagen de la Virgen del
Pilar que encontramos el pasado mes de febrero en la sacristía de la catedral.
Incluso se ha llegado a afirmar, citando fuentes del arzobispado, que había
quedado destruida. Dudamos que, en estos momentos, pueda conocerse ese dato y,
aunque comprendemos el cariño de los aragoneses hacia su Patrona, sería una
pérdida fácilmente subsanable pues no dudamos que cualquier devoto o la propia
Guardia Civil, cuyo manto lucía, la repondrían inmediatamente.
Nos
preguntaron también por Stephan Urbain, el Sacristán General de la catedral que
fue quien, llevado por su amor a la Patrona del Cuerpo del que era “Alférez
Honorario”, la instaló en ese lugar. Sabíamos que vestía el uniforme de la
Benemérita en su deambular por el templo pero ayer al buscar información sobre
él, pues no estamos seguros de que siga desempeñando ese cargo, encontramos
esta insólita fotografía publicada por Rubén Sánchez Fernández en su blog, en
la que se le puede ver, tocado con tricornio en los tejados ahora destruidos.
Pero aún más es el hecho de que, en uno de los actos en los que se expone a la
veneración de los fieles la Corona de Espinas, vestía también el uniforme de
alférez del Cuerpo, como podrán comprobar los que vean este vídeo y lleguen a
los momentos finales en los que Stephan porta la sagrada reliquia en el estuche
en que se conserva.
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