Ayer dedicamos un artículo a la cripta de Santa María, sobre una parte de la cual se alza el trasagrario. En esta foto puede verse el cuerpo correspondiente a esa parte de la colegiata, en la que la reja cierra el gran ventanal situado tras el altar de la cripta, mientras los dos óculos iluminan el trasagrario.
El trasgrario era la estancia en la que
se reservaba la Eucaristía. Situado tras el altar mayor, se abría a la nave
central por medio de un gran óculo que, en la actualidad, da la impresión de haber
sido concebido para rodear la cabeza de la titular del retablo que, originalmente,
estaba en posición más baja.
En su estructura se observan desde hace
tiempo unas pronunciadas grietas y su aspecto fue seriamente alterada por el
cableado eléctrico e, incluso, por un transformador o registro adosado al
mismo, sin tener en cuenta que se trata de un BIC.
Hace un tiempo ya fue objeto de obras
de reparación de su cubierta, dado el lamentable estado en el que se
encontraba, dando lugar a filtraciones que afectaban a la cúpula que lo cubre.
Hace un tiempo ya fue objeto de obras
de reparación de su cubierta, dado el lamentable estado en el que se
encontraba, dando lugar a filtraciones que afectaban a la cúpula que lo cubre.
Del trasagrario, ahora utilizado como
almacén, no tenemos otras imágenes que las que fueron publicadas en la obra
Borja. Arquitectura y evolución urbana, en las que puede verse la cúpula ciega,
sobre pechinas, que lo cubre y las numerosas grietas que ya, en esos momentos,
había.
Terminamos haciendo alusión a un dato
que, en su día, ya publicamos referido a ese sillar con un orificio central, en
el que se fijó Jorge Andía, que, junto con los restantes fueron reaprovechados
de otro monumento, posiblemente de origen romano.
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