Otro de los personajes que estuvieron enterrados en el Panteón de Hombres Ilustres pero cuyos restos, como los de Palafox, fueron exhumados es el general Francisco Javier Castaños Aragorri Urioste y Olavide (1758-1852). Nacido en Madrid el 25 de abril de 1758, en el seno de una distinguida familia de origen vasco.
Precisamente, por los méritos de su
padre (Ordenador de los Reales Ejércitos y embajador extraordinario), Carlos
III le concedió el grado de Capitán cuando sólo tenía 10 años. Lo que hubiera
podido quedar en mera anécdota, le llevó a convertirse en uno de los militares
más destacados de su época, participando en numerosos conflictos en los que dio
pruebas de su valor y de sus cualidades.
Pero, en su trayectoria destaca una
victoria singular, la obtenida en Bailén el 19 de julio de 1808, ante el
ejército francés que mandaba el general Dupont, la primera derrota infringida a
las tropas imperiales en campo abierto. Su influencia pudo haber sido decisiva
para cambiar el resultado de la batalla de Tudela el 23 de noviembre de ese
mismo año, pero otros generales discutieron sus órdenes (especialmente Palafox)
y dio lugar a una derrota para nuestras armas, abriendo las puertas de Aragón a
los franceses.
Junto a importantes mandos militares,
Castaños fue el primer Presidente del Consejo de Regencia, en 1810. Creado
duque de Bailén, fue caballero de la Orden del Toison de Oro y estuvo en
posesión de la Gran Cruz de la Orden de Carlos III y de la de San Hermenegildo,
entre otras condecoraciones. Falleció el 24 de septiembre de 1852. Tenía 94
años de edad y, a pesar de su brillante pasado, vivía en la más absoluta
indigencia.
Sus restos recibieron sepultura en la
iglesia de Atocha, de la que pasaron al Panteón de Hombres Ilustre, con los
otros militares, al ser derribada. Bajo un arco de medio punto, flanqueado por
columnas estriadas había un sarcófago de mármol sobre el que se habían
dispuesto trofeos militares y un medallón con el rostro del general. En el
frontón triangular sus armas y abajo una lápida en la que podía leerse “Aquí
yace el Exmo Sr. D. Francisco Javier Castaños y Aragorri, I duque de Bailén,
Capitán General de los Extos. Nació el 25 de abril de 1758 y falleció el 24 de
septiembre de 1852”.
Pero, en 1963, sus restos fueron exhumados (tras haber sido desmontado el mausoleo, en presencia de la comunidad dominica, para su traslado a Bailén y ser enterrados en la iglesia parroquial de la Encarnación, junto a la Patrona de la ciudad, a la que, en 1823, había donado todas sus condecoraciones.
Tras ser velados en el Salón de Plenos
de su Casa Consistorial, fueron llevados al templo sobre un armón de
artillería, el 19 de julio de 1963 (aniversario de la batalla), escoltado por
fuerzas que le rindieron honores y con asistencia de numerosas autoridades civiles
y militares.
En el interior de ese templo, arrasado
durante la Guerra Civil, fue reconstruido el mausoleo, ante el que SS. MM. los
Reyes rindieron homenaje al ilustre militar, el 19 de julio de 2018, cuando se
celebró el 210 aniversario de esa histórica batalla.
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